sábado, 26 de septiembre de 2009

Costes, beneficios y utilidad del diseño II

Se puede realizar análisis de coste-beneficio para determinar si están justificadas las intervenciones en el puesto de trabajo en el caso de las personas con discapacidades. Los factores que se citan a continuación representan las fuentes de datos que deberían formar parte de tal análisis:
1. Personal

• Ausencia. ¿Tiene el trabajador con discapacidad una buena ficha de asistencia al trabajo?
• ¿Es posible que se generen costes adicionales por la enseñanza de tareas especiales?
• ¿Se requieren cambios de personal? Si es así, sus costes también se han de tener en cuenta.
• ¿Se espera que aumenten las compensaciones por accidente?
2. Seguridad

• ¿Implica el trabajo pensado para el trabajador discapacitado normativas de seguridad?
• ¿Se requieren normativas especiales de seguridad?
• ¿Se trata de un trabajo con un alto índice de accidentes o de situaciones de riesgo?
3. Factores médicos

• Se debe valorar la naturaleza y gravedad de la discapacidad del trabajador, con vistas a su posible reintegración al puesto de trabajo.
• También se debe tener en cuenta el alcance del absentismo laboral del trabajador en cuestión.
• ¿Cuál es el carácter y frecuencia de los síntomas “menores” del trabajador y cómo se tratan? ¿Se pueden prever las consecuen- cias negativas del desarrollo futuro de enfermedades
“menores” relacionadas sobre la eficacia del trabajador?

Por lo que respecta a los cálculos sobre la pérdida de tiempo de trabajo, estos cálculos se pueden hacer en términos de sala- rios, gastos generales, compensaciones y pérdida de producción. Estos análisis, descritos anteriormente, representan una manera racional de abordar el problema por el cual una empresa puede tomar una decisión adecuada sobre la posición en que se encuentra el trabajador con alguna discapacidad, en el sentido

de si es mejor que vuelva a su puesto de trabajo y si la empresa ganará con su vuelta al trabajo.
En los párrafos anteriores, el diseño para un grupo más amplio de población se ha enfocado preferentemente desde el punto de vista de un diseño específico en relación con la utilidad, los costes y los beneficios de dicho diseño. Es especial- mente complicado realizar los cálculos necesarios, en los que se incluyan todos los factores importantes, pero de momento, los investigadores continúan incorporando métodos que incluyen modelos nuevos en sus técnicas y estudios. En algunos países, como Holanda y Alemania, las políticas gubernamentales responsabilizan cada vez más a las empresas por los accidentes personales en el trabajo. Es de esperar que se produzcan cambios fundamentales en las políticas reguladoras y en las estructuras de los seguros laborales como resultado de esta tendencia. Es estos países, es una política más o menos estable- cida que un trabajador que sufre un accidente que lo incapacita para el trabajo que realiza, debe ser provisto de un puesto de trabajo adaptado o desarrollar otro trabajo dentro de la empresa. Estas políticas han convertido el tratamiento del trabajador discapacitado en uno de los grandes logros en la humani- zación del trato al trabajador.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Costes, beneficios y utilidad del diseño

Los ergónomos realizan análisis de coste-beneficio para tener una visión interna de los resultados no económicos de las políticas económicas. Actualmente, la evaluación en el campo industrial y comercial, incluye el impacto positivo o negativo de una determi- nada política sobre el trabajador.
Los métodos de evaluación de la calidad y la utilidad son actualmente objeto de investigación. El modelo de utilidad de la tecnología de rehabilitación (MUTR), como se muestra en la Figura 29.51, se puede utilizar para evaluar la utilidad de un producto en la tecnología de la rehabilitación y para ilustrar los diferentes aspectos que determinan la utilidad del producto.
Desde un punto de vista estrictamente económico, se podrían especificar los costes de creación de un sistema en el que se pueda realizar una tarea, o en el que se pueda fabricar un cierto producto. Es innecesario decir que en estos términos, a cual- quier empresa le interesa obtener el máximo beneficio de su inversión. Pero, ¿cómo se pueden determinar los costes reales de la realización de una tarea y la fabricación de un producto en relación con la inversión financiera, cuando se tienen en cuenta los distintos esfuerzos de los sistemas cognitivos, mentales y físicos de los trabajadores? De hecho, el juicio que se hace del rendimiento humano se basa, entre otros factores, en la percep- ción que los propios trabajadores tienen de lo que se debe hacer, en la visión de su propia valía al hacerlo y su opinión sobre la empresa. En realidad, la norma que tiene más validez en este contexto es la satisfacción intrínseca con el trabajo y esta satis- facción, junto con los objetivos de la empresa, constituye una de las principales razones para realizar este trabajo. El bienestar del trabajador y su rendimiento se basan en una amplia gama de experiencias, asociaciones y percepciones que determinan suactitud hacia el trabajo y la calidad de su rendimiento. En esta teoría se basa el modelo MUTR.
Si no se acepta este punto de vista, será necesario considerar la inversión sólo en relación con resultados poco específicos y dudosos. Si ergónomos y médicos desean mejorar el entorno laboral de las personas con discapacidades para posibilitar una mejor y mayor utilización de las máquinas y herramientas utili- zadas, encontrarán ciertas dificultades para justificar dichas inversiones financieras. Normalmente se ha intentado justificar el ahorro conseguido gracias a la prevención de accidentes y enfermedades laborales. Pero si los costes de las enfermedades laborales son sufragados por el estado y no por la empresa, financieramente aparecen como inexistentes y no se consideran como relacionados con el trabajo.
Sin embargo, cada vez existe una mayor conciencia de que la inversión que se realice para mejorar el entorno laboral es dinero bien empleado y se acepta que los costes “sociales” de las discapacidades laborales se traducen en costes adicionales para la economía del país, aparte de que se pierde algo más que dinero cuando un posible trabajador debe quedarse en casa, sin aportar nada a la sociedad. La inversión que se haga en los puestos de trabajo (adaptación de los puestos de trabajo, dota- ción de herramientas especiales o incluso ayudas para la higiene personal) puede no sólo dar al trabajador satisfacción laboral sino convertirle en alguien independiente y autosuficiente, sin necesidad de asistencia social.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Diseños para la mayoría de las personas

El diseñador no debe centrarse en grupos pequeños y poco representativos. Con determinados grupos, no se debe suponer que existan similitudes. Por ejemplo, un trabajador que haya sufrido un accidente, siendo adulto, no tiene por qué ser antropométricamente diferente a una persona sana y de similares características
y puede considerarse que está dentro de la media. Pero si es un niño el que ha sufrido una lesión, cuando sea adulto tendrá una antropometría diferente, ya que los períodos de crecimiento habrán influido de forma regular y secuencial sobre su desarrollo muscular y mecánico. No se deben aventurar conclusiones al comparar a personas adultas de estos dos grupos. Se deben considerar dos grupos distintos, específicos, en el que uno pertenecería
a la media normal. Pero cuando intentamos conseguir un diseño idóneo para, supongamos, el 90 % de la población, deberá hacerse un esfuerzo mayor para aumentar este margen hasta un
95 % con el fin de reducir la necesidad de realizar diseños para grupos específicos.
Otra manera de realizar un diseño para la población en general, es fabricar dos productos, con un diseño que se adapte de forma aproximada a los dos grupos de población con percen- tiles extremos. Se pueden construir sillas de dos tamaños, una con soportes que permitan ajustarla a una altura entre 38 y
46 cm, y la otra entre 46 y 54 cm. Ya existen, de hecho, dos tamaños de alicates, unos para la población con manos muy grandes y otros para las manos de las mujeres y de los hombres con manos más pequeñas.
Sería una buena política empresarial reservar anualmente una pequeña cantidad de dinero para analizar y mejorar la calidad de los puestos de trabajo, adaptándolos a los trabajadores, para prevenir enfermedades y discapacidades causadas por una exce- siva carga física. Esto aumentaría la motivación de los trabajadores, que se darían cuenta de que la dirección trata de mejorar el entorno de trabajo, sobre todo cuando se toman medidas más o menos elaboradas: análisis de puestos de trabajo, construcción de modelos, mediciones antropométricas e incluso el diseño de puestos específicos para los trabajadores. En una empresa determinada se llegó a la conclusión de que había que volver a diseñar todos y cada uno de los puestos de una unidad, ya que causaban sobrecarga física debido a que los trabajadores debían permanecer demasiado tiempo de pie y también por las dimensiones inapropiadas cuando los trabajadores estaban sentados, así como por algunas otras deficiencias.

martes, 22 de septiembre de 2009

Conceptos y definiciones: El técnico en higiene industrial

El técnico en higiene industrial es “una persona competente para realizar mediciones del medio ambiente del trabajo”, pero no para “realizar las interpretaciones, juicios y recomendaciones que se exigen a un higienista industrial”. El técnico en higiene industrial puede alcanzar el nivel necesario de competencias en un campo general o especializado (OMS 1992b).

lunes, 21 de septiembre de 2009

Conceptos y definiciones: Higiene industrial

La higiene industrial es la ciencia de la anticipación, la identificación, la evaluación y el control de los riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que pueden poner en peligro la salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible repercusión en las comunidades vecinas y en el medio ambiente en general.
Existen diferentes definiciones de la higiene industrial, aunque todas ellas tienen esencialmente el mismo significado y se orientan al mismo objetivo fundamental de proteger y promover la salud y el bienestar de los trabajadores, así como proteger el medio ambiente en general, a través de la adopción de medidas mente como una profesión; sin embargo, en muchos países está creándose un marco legislativo que propiciará su consolidación.

domingo, 20 de septiembre de 2009

OBJETIVOS, DEFINICIONES E INFORMACION GENERAL

El trabajo es esencial para la vida, el desarrollo y la satisfacción personal. Por desgracia, actividades indispensables, como la producción de alimentos, la extracción de materias primas, la fabricación de bienes, la producción de energía y la prestación de servicios implican procesos, operaciones y materiales que, en mayor o menor medida, crean riesgos para la salud de los trabajadores, las comunidades vecinas y el medio ambiente en general. No obstante, la generación y la emisión de agentes nocivos en el medio ambiente de trabajo pueden prevenirse mediante inter- venciones adecuadas para controlar los riesgos, que no sólo protegen la salud de los trabajadores, sino que reducen también los daños al medio ambiente que suelen ir asociados a la indus- trialización. Si se elimina una sustancia química nociva de un proceso de trabajo, dejará de afectar a los trabajadores y tampoco contaminará el medio ambiente.
La profesión que se dedica específicamente a la prevención y control de los riesgos originados por los procesos de trabajo es la higiene industrial. Los objetivos de la higiene industrial son la protección y promoción de la salud de los trabajadores, la protección del medio ambiente y la contribución a un desarrollo seguro y sostenible.
La necesidad de la higiene industrial para proteger la salud de los trabajadores no debe subestimarse. Incluso cuando se puede diagnosticar y tratar una enfermedad profesional, no podrá evitarse que ésta se repita en el futuro si no cesa la exposición al agente etiológico. Mientras no se modifique un medio ambiente de trabajo insano, seguirá teniendo el potencial de dañar la salud. Sólo si se controlan los riesgos para la salud podrá romperse el círculo vicioso que se ilustra en la Figura 30.1.
Sin embargo, las acciones preventivas deben iniciarse mucho antes, no sólo antes de que se manifieste cualquier daño para la salud, sino incluso antes de que se produzca la exposición. El medio ambiente de trabajo debe someterse a una vigilancia continua para que sea posible detectar, eliminar y controlar los agentes y factores peligrosos antes de que causen un efecto nocivo; ésta es la función de la higiene industrial.
Además, la higiene industrial puede contribuir también a un desarrollo seguro y sostenible, es decir, “a asegurar que [el desa- rrollo] atienda las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para atender sus necesi- dades” (Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo 1987). Para atender las necesidades de la actual población mundial sin agotar ni dañar los recursos mundiales y sin generar consecuencias negativas para la salud y el medio ambiente, hacen falta conocimientos y medios para influir en la acción (OMS 1992a); esto, aplicado a los procesos de trabajo, está estre- chamente relacionado con la práctica de la higiene industrial.
La salud en el trabajo requiere un enfoque interdisciplinario con la participación de disciplinas fundamentales, una de las cuales es la higiene industrial, además de otras como la medicina y la enfermería del trabajo, la ergonomía y la psicología del trabajo. En la Figura 30.2 se presenta un esquema de los ámbitos de actuación de los médicos del trabajo y los higienistas industriales.
Es importante que los responsables de la toma de decisiones, los directivos y los propios trabajadores, así como todos los profesionales de la salud en el trabajo, comprendan la función básica que desempeña la higiene industrial para proteger la salud de los trabajadores y el medio ambiente, así como la necesidad de disponer de profesionales especializados en este campo.

Tampoco debe olvidarse la estrecha relación que existe entre la salud en el trabajo y la salud ambiental, puesto que la prevención de la contaminación de fuentes industriales mediante procesos adecuados de tratamiento y evacuación de residuos y desechos peligrosos debe iniciarse en el lugar de trabajo. (Véase “Evaluación del medio ambiente de trabajo”).

miércoles, 2 de septiembre de 2009

TRABAJADORES CON NECESIDADES ESPECIALES

Diseñar para las personas con discapacidades es diseñar para todos Hay muchos productos en el mercado que son poco idóneos o inapropiados para la mayoría de los usuarios. ¿Qué podríamos decir de esas puertas tan estrechas por las que una mujer embarazada, o una persona corpulenta, apenas pueden pasar? ¿Se pueden poner objeciones a su diseño si pasa todas las pruebas de funcionamiento mecánico? Es evidente que esas personas no pueden ser consideradas discapacitadas en el sentido físico, puesto que es posible que gocen de un perfecto estado de salud. Algunos productos hay que manejarlos durante bastante tiempo, antes de conseguir que realicen la función que se esperara de ellos; es el caso, por ejemplo, de algunos abrelatas baratos. Es evidente que a una persona sana, que tenga dificultades al utilizar este tipo de aparatos, no se le puede considerar discapacitada. El diseñador que introduce en sus diseños ciertos aspectos de la interacción entre las personas y los productos, aumenta la utilidad funcional de sus diseños. Si el producto no tiene un buen diseño funcional, cualquier persona con una discapacidad mínima se podría considerar a sí mismo seriamente impedido. Así pues, es la interacción hombre-máquina la que determina el valor de un diseño para todos los usuarios.
Es obvio que la tecnología está al servicio de los seres humanos y que su uso debe ampliar las capacidades de los mismos. Para las personas con discapacidades, esta ampliación debe ir un poco más lejos. Por ejemplo, en el decenio de 1980 se prestó especial atención al diseño de cocinas para personas con discapacidades. Toda la experiencia acumulada en este proceso tuvo influencia en los diseños de cocinas “normales”; en este aspecto, se puede considerar a la persona discapacitada un pionero. Las discapacidades y daños ocasionados en el trabajo (no se puede por menos que considerar como tales las quejas sobre el aparato musculosquelético que se escuchan de aquellos que trabajan sentados, algo muy frecuente hoy en día) requieren que se preste atención a los diseños, no sólo para evitar la repetición de las condiciones que causaron la dolencia, sino para desarrollar tecnologías compatibles con el usuario, adaptadas a las necesidades de aquellos ya afectados por trastornos relacionados con el trabajo.