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miércoles, 29 de agosto de 2012

Tipos de protección (IV)

Se comercializan guantes de protección química de polímeros y combinaciones muy diversos; así, hay guantes de algodón recubiertos de polímeros (mediante inmersión) que presentan las propiedades deseadas. (Véase la Figura 31.17). Algunos de los nuevos “guantes” de hoja metálica o capas múltiples tienen sólo dos dimensiones (planos) y, por tanto, imponen algunas limitaciones ergonómicas, aunque a cambio presentan una elevada resistencia química. Estos guantes suelen funcionar mejor cuando se lleva sobre el guante plano interior otro exterior de material polimerizado (esta técnica se llama de doble enguantado) que ajusta el primero a la forma de la mano. Hay guantes de polímeros de muchos grosores, desde los muy ligeros (2 mm) hasta los muy gruesos (5 mm), con o sin forros o sustratos inte- riores (cañamazo). También son muy variables las longitudes, que oscilan entre aproximadamente 30 cm para proteger las manos y unos 80 cm, que cubren desde el hombro hasta la mano. La longitud óptima depende del tipo de protección necesaria pero, en general, el guante debe llegar al menos hasta la muñeca, para evitar la penetración de líquidos en el interior (véase la Figura 31.18).

También es muy variable la altura de las botas, que va desde el pie hasta la altura de la cadera. Las de protección química sólo se comercializan en una gama limitada de polímeros, pues deben presentar además una elevada resistencia a la abrasión. Entre los polímeros y cauchos utilizados habitualmente para fabricar botas resistentes a los compuestos químicos están el PVC y los cauchos de butilo y neopreno. También se comercia- lizan botas especiales de materiales laminados en las que se utilizan otros polímeros, pero son bastante caras y, por el momento, sólo se encuentran en algunos países.

lunes, 27 de agosto de 2012

Tipos de protección (III)

La configuración de la ropa protectora varía mucho en función del uso a que vaya destinada. No obstante, los elementos normales son casi siempre similares a las prendas de uso común (pantalones, chaqueta, capucha, botas y guantes). En aplicaciones como la resistencia a la llama o la manipulación de metales fundidos se utilizan elementos especiales, como calzones, brazaletes y mandiles fabricados con fibras o materiales naturales o sintéticos, tratados o sin tratar (un ejemplo histórico sería el amianto). La ropa protectora frente a riesgos químicos suele ser de confección más especializada, como se ilustra en las Figuras 31.15 y 31.16.

sábado, 25 de agosto de 2012

Tipos de protección (II)

La ropa de protección puede ser de materiales naturales (algodón, lana y cuero, por ejemplo), sintéticos (nylon) o distintos polímeros (plásticos y cauchos, como el butilo, el cloruro de polivinilo o el polietileno de cloro). Los materiales tejidos, cosidos o con poros por cualquier otro motivo (no resistentes a la penetra- ción ni a la impregnación por líquidos) no deben utilizarse en situaciones que exigen protección frente a líquidos o gases. Los tejidos y materiales porosos tratados o incombustibles por su naturaleza se utilizan habitualmente en la protección frente a llamaradas y arco eléctrico (en la industria petroquímica, por ejemplo), aunque no protegen frente a las temperaturas constantemente elevadas. Hay que señalar que la lucha contra incendios exige ropa especializada resistente a la llama y que proporcione impermeabilidad frente al agua y aislamiento térmico (protec- ción frente a temperaturas elevadas). Algunas aplicaciones exigen también protección infrarroja (IR), que se logra superpo- niendo una película aluminizada (lucha contra incendios producidos por combustibles derivados del petróleo, por ejemplo). En la Tabla 31.11 se resumen las necesidades de comportamiento físico, químico y biológico y los materiales protectores de uso común en la protección frente a riesgos.


jueves, 23 de agosto de 2012

Tipos de protección (I)

En un sentido general, el concepto de ropa de protección incluye todos los elementos que forman un conjunto protector (bata, guantes y botas, por ejemplo). Por tanto, la ropa de protección abarca desde el dedal que evita los cortes causados por los cantos de las hojas de papel hasta el traje aislante completo con equipo de respiración autónomo que se utiliza en las situaciones de emergencia que siguen a los vertidos de compuestos químicos.

martes, 21 de agosto de 2012

¿Cuántas muestras deben tomarse y con qué frecuencia?

La concentración de contaminantes puede variar de un minuto a otro, de un día a otro o de una estación a otra, y puede existir variabilidad entre distintas personas y en una misma persona. La variabilidad de la exposición influye tanto en el número de mues- tras como en la exactitud de los resultados. Las variaciones de la exposición pueden deberse a diferencias en cuanto a las prácticas de trabajo, cambios en la emisión de contaminantes, al volumen de sustancias químicas utilizadas, a los cupos de producción, la ventilación, los cambios de temperatura, la movilidad del traba- jador y la asignación de las tareas. La mayoría de las campañas de muestreo se realizan durante un par de días al año; por consiguiente, las medidas obtenidas no son representativas de la exposición. El período de muestreo es muy corto comparado con el período en el que no se toman muestras; el higienista industrial tiene que extrapolar al segundo los resultados obtenidos durante el primero. Para controlar la exposición a largo plazo, deben tomarse muestras repetidas a lo largo de varias semanas o meses de cada trabajador seleccionado de un GEH y deben caracterizarse las exposiciones correspondientes a todos los turnos.

Aunque es posible que durante el turno de día se desarrolle una mayor actividad, la supervisión durante el turno de noche puede ser menor y, en consecuencia, se observarían más negligencias en las prácticas de trabajo.

domingo, 19 de agosto de 2012

Duración del muestreo (II)

La duración del muestreo personal depende del límite de exposición profesional, la duración de la tarea o el efecto bioló- gico previsto. Los métodos de muestreo en tiempo real se utilizan para valorar las exposiciones agudas a sustancias químicas irritantes y asfixiantes, sensibilizantes y agentes alergé- nicos. El cloro, el monóxido de carbono y el sulfuro de hidró- geno son algunas sustancias químicas que pueden ejercer sus efectos con rapidez y en concentraciones relativamente bajas. Cuando se estudian agentes que producen enfermedades crónicas, como el plomo y el mercurio, las muestras suelen tomarse durante un turno completo (siete horas o más por muestra) utilizando métodos de muestreo integrado. Para evaluar las exposiciones durante un turno completo, el higienista industrial toma una única muestra o una serie de muestras consecutivas que abarcan el turno completo. La duración del muestreo para exposiciones que tienen lugar durante menos tiempo del que dura un turno completo suele asociarse a determinadas tareas o procesos. La construcción, el mantenimiento de edificios y el mantenimiento de las carreteras son algunos trabajos en los que la exposición está vinculada a las tareas.

viernes, 17 de agosto de 2012

Duración del muestreo (I)

La concentración de agentes químicos en muestras ambientales se puede medir directamente sobre el terreno, obteniendo resultados inmediatos (en tiempo real), o bien se pueden recoger muestras en distintos medios de muestreo o en bolsas de mues- treo, a distintos tiempos, que son analizadas posteriormente en un laboratorio (muestreo integrado) (Lynch 1995). La ventaja del muestreo en tiempo real es que los resultados se obtienen rápida- mente en el propio lugar de trabajo, y se pueden realizar medi- ciones de las exposiciones agudas a corto plazo. Sin embargo, los métodos en tiempo real son limitados porque no se dispone de ellos para todos los contaminantes de interés, ni tienen siempre la suficiente sensibilidad o exactitud analíticas para cuantificar los contaminantes estudiados. El muestreo en tiempo real puede no ser aplicable cuando el higienista industrial está interesado en exposiciones crónicas y necesita mediciones medias ponderadas en el tiempo para comparar con los OEL.
El muestreo en tiempo real se utiliza para realizar evalua- ciones de emergencia, ya que permite hacer estimaciones brutas de la concentración, detectar fugas, controlar la atmósfera ambiente y la fuente, evaluar los controles técnicos, controlar las exposiciones a corto plazo que duran menos de 15 minutos, controlar exposiciones episódicas, y controlar sustancias químicas altamente tóxicas (monóxido de carbono), mezclas explosivas y procesos. Los métodos de muestreo en tiempo real pueden detectar la evolución de las concentraciones con el tiempo y facilitar de inmediato información cualitativa y cuanti- tativa. El muestreo ambiental integrado suele realizarse para controles personales, muestreo de zona o comparación de las concentraciones con OEL medios ponderados en el tiempo. Las ventajas del muestreo integrado son la disponibilidad de métodos para una gran variedad de contaminantes; su utilidad para identificar sustancias desconocidas; su elevada exactitud y especificidad y unos límites de detección normalmente muy bajos. Las muestras integradas que se analizan en un laboratorio deben contener suficiente contaminante para que se cumplan los requisitos analíticos mínimos de detección. Por consiguiente, las muestras se toman a lo largo de un período establecido previamente.
Además de los requisitos analíticos que ha de cumplir un método de muestreo, la duración del muestreo debe corresponderse con sus objetivos. La duración del muestreo de una fuente depende de la duración del proceso o el ciclo, o de los momentos en que se prevén concentraciones pico. Para el muestreo de los picos, las muestras deben tomarse a intervalos regulares durante todo el día, a fin de reducir al mínimo la desviación e identificar picos imprevistos. El período de muestreo debe ser lo suficiente- mente corto para que se identifiquen los picos y quede reflejado, al mismo tiempo, el período real de exposición.


miércoles, 15 de agosto de 2012

¿De quién deben tomarse muestras? (II)

Se aplican distintos criterios para formar los GEH; en general, los trabajadores pueden clasificarse según la similitud de su puesto de trabajo o área de trabajo. Cuando se utiliza la similitud del puesto de trabajo y del área de trabajo, el método de clasificación se denomina zonificación (véase Figura 30.8). Cuando están en suspensión en la atmósfera, los agentes químicos y biológicos pueden tener unas pautas de concentra- ción espacial y temporal complejas e imprevisibles en el medio

tareas requiere la selección de trabajadores con tareas similares que no se realizan con carácter diario.
Existen muchos factores que influyen en la exposición y que pueden repercutir en el éxito de la clasificación de los GEH; entre ellos figuran los siguientes:
1. Los diferentes trabajadores casi nunca realizan el mismo trabajo, aunque la descripción de su puesto de trabajo sea igual, y rara vez sufren las mismas exposiciones.
2. Las formas de trabajar de los diferentes empleados pueden hacer que la exposición varíe significativamente.
3. Los trabajadores que se desplazan por toda el área de trabajo pueden verse expuestos imprevisiblemente a distintas fuentes contaminantes durante una jornada laboral.
4. Las corrientes de aire en el lugar de trabajo pueden aumentar de manera imprevisible las exposiciones de los trabajadores situados a una distancia considerable de una fuente.
5. Las exposiciones pueden estar condicionadas, no por las tareas del puesto de trabajo, sino por el medio ambiente de trabajo.

Duración del muestreo
La concentración de agentes químicos en muestras ambientales se puede medir directamente sobre el terreno, obteniendo resul- tados inmediatos (en tiempo real), o bien se pueden recoger muestras en distintos medios de muestreo o en bolsas de mues- treo, a distintos tiempos, que son analizadas posteriormente en un laboratorio (muestreo integrado) (Lynch 1995). La ventaja del muestreo en tiempo real es que los resultados se obtienen rápida- mente en el propio lugar de trabajo, y se pueden realizar medi- ciones de las exposiciones agudas a corto plazo. Sin embargo, los métodos en tiempo real son limitados porque no se dispone de ellos para todos los contaminantes de interés, ni tienen siempre la suficiente sensibilidad o exactitud analíticas para cuantificar los contaminantes estudiados. El muestreo en tiempo real puede no ser aplicable cuando el higienista industrial está interesado en exposiciones crónicas y necesita mediciones medias ponderadas en el tiempo para comparar con los OEL.
El muestreo en tiempo real se utiliza para realizar evalua- ciones de emergencia, ya que permite hacer estimaciones brutas de la concentración, detectar fugas, controlar la atmósfera ambiente y la fuente, evaluar los controles técnicos, controlar las exposiciones a corto plazo que duran menos de 15 minutos, controlar exposiciones episódicas, y controlar sustancias químicas altamente tóxicas (monóxido de carbono), mezclas explosivas y procesos. Los métodos de muestreo en tiempo real ambiente de trabajo. Por consiguiente, la proximidad de la fuente al trabajador no siempre es el mejor indicador de similitud de la exposición. Las mediciones de la exposición realizadas en trabajadores con exposiciones teóricamente similares pueden revelar una variación mayor de la prevista. En estos casos, los grupos de exposición deben reconstruirse en conjuntos más pequeños de trabajadores, y la toma de muestras debe proseguir hasta que se compruebe que los trabajadores asignados a cada grupo tienen realmente exposiciones similares (Rappaport 1995).

La exposición puede estimarse para todos los trabajadores, con independencia de su puesto de trabajo o riesgo, o puede estimarse sólo para los trabajadores que, en principio, están más expuestos; esto se denomina muestreo del peor caso. La selec- ción de los trabajadores para el muestreo del peor caso puede basarse en criterios de producción, proximidad a la fuente, datos de muestreos anteriores, inventario y toxicidad química. El método del peor caso se utiliza con fines reglamentarios y no ofrece una medida de la exposición media a largo plazo ni de la variabilidad de un día a otro. El muestreo en función de las tareas requiere la selección de trabajadores con tareas similares que no se realizan con carácter diario.
Existen muchos factores que influyen en la exposición y que pueden repercutir en el éxito de la clasificación de los GEH; entre ellos figuran los siguientes:
1. Los diferentes trabajadores casi nunca realizan el mismo trabajo, aunque la descripción de su puesto de trabajo sea igual, y rara vez sufren las mismas exposiciones.
2. Las formas de trabajar de los diferentes empleados pueden hacer que la exposición varíe significativamente.
3. Los trabajadores que se desplazan por toda el área de trabajo pueden verse expuestos imprevisiblemente a distintas fuentes contaminantes durante una jornada laboral.
4. Las corrientes de aire en el lugar de trabajo pueden aumentar de manera imprevisible las exposiciones de los trabajadores situados a una distancia considerable de una fuente.
5. Las exposiciones pueden estar condicionadas, no por las tareas del puesto de trabajo, sino por el medio ambiente de trabajo.


lunes, 13 de agosto de 2012

¿De quién deben tomarse muestras? (I)

Para evaluar la exposición profesional, lo ideal es que se tomen muestras de cada trabajador durante muchos días a lo largo de un período de semanas o meses. Sin embargo, a menos que el lugar de trabajo sea pequeño (menos de 10 empleados), normalmente no se pueden tomar muestras de todos los trabajadores. Para reducir al mínimo la carga del muestreo en términos de coste y equipo y aumentar la eficacia del programa de muestreo, se toman mues- tras de un subconjunto de trabajadores en el lugar de trabajo, y se extrapolan los resultados al total de la plantilla.
Para seleccionar trabajadores que sean representativos de toda la plantilla, un planteamiento consiste en clasificar a los trabajadores en grupos con exposiciones teóricas similares, llamados grupos de exposición homogénea (GEH) (Corn 1985). Una vez formados los GEH, se selecciona al azar un subconjunto de trabajadores de cada grupo para el muestreo. Los métodos para determinar el tamaño adecuado de las muestras presuponen una distribución logarítmico normal de las exposiciones, una exposición media estimada y una desviación típica geométrica de 2,2 a 2,5. Los datos obtenidos de muestreos previos pueden permitir el uso de una desviación típica geomé- trica menor. Para clasificar a los trabajadores en distintos GEH, la mayoría de los higienistas industriales los observan en su puesto de trabajo y realizan una predicción cualitativa de su exposición.