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miércoles, 12 de marzo de 2008

Aplicaciones de la Biomecanica: Ator nillar

¿Por qué se insertan los tornillos en el sentido de las agujas del reloj? Esta práctica surgió probablemente de la percepción inconsciente de que los músculos que hacen girar el brazo derecho en el sentido de las agujas del reloj (la mayoría de las personas son diestras) son mayores, y por tanto más fuertes, que los músculos que lo hacen girar en el sentido contrario.
Obsérvese que las personas zurdas están en desventaja, cuando tratan de apretar un tornillo manualmente. Alrededor del nueve por ciento de la población es zurda, por lo que nece- sita herramientas especiales en algunas situaciones, como sucede con las tijeras y los abrelatas.
Un estudio de las personas que utilizaban destornilladores para una tarea de montaje reveló una relación más sutil entre un movimiento concreto y un problema de salud determinado. Se observó que cuanto más grande era el ángulo del codo (cuanto más recto estaba el brazo), más personas mostraban después una inflamación del mismo. La razón para que esto sucediera es que el músculo que hace girar el antebrazo (el bíceps) también tira de la cabeza del radio (un hueso del antebrazo) hacia el cóndido humeral (cabeza redondeada) del húmero (hueso de la parte superior del brazo). Al aumentar la fuerza ejercida sobre el codo en un ángulo mayor, aumenta la fuerza de fricción en el codo, con el consiguiente calentamiento de la articulación y la subsi- guiente inflamación. Al aumentar el ángulo, el músculo tiene que traccionar con más fuerza para atornillar, de forma que se emplea una fuerza superior a la que habría sido necesaria con el codo en un ángulo de 90. La solución consiste en acercar más el trabajo a los operarios para reducir el ángulo del codo a unos 90.
Los casos anteriores demuestran que es necesario un conoci- miento adecuado de la anatomía para aplicar la biomecánica en el lugar de trabajo. Los diseñadores de tareas tal vez necesiten consultar a expertos en anatomía funcional para anticiparse a los problemas antes mencionados. La publicación The Pocket Ergonomist (Brown y Mitchell 1986), basada en la investigación electromiográfica, sugiere varias formas de reducir la incomo-
didad física en el trabajo.

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