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sábado, 7 de noviembre de 2009

Evaluación de la exposición (I)

El objetivo de la evaluación de la exposición es determinar la magnitud, frecuencia y duración de la exposición de los trabajadores a un agente. Se han elaborado directrices al respecto tanto en el ámbito nacional como internacional; por ejemplo, la norma EN 689, elaborada por el Comité Européen de Normalisation (Comité Europeo de Normalización, CEN 1994).
El procedimiento más habitual para evaluar la exposición a contaminantes atmosféricos consiste en evaluar la exposición a la inhalación, para lo cual es preciso determinar la concentra- ción atmosférica del agente a la que están expuestos los trabajadores (o, en el caso de las partículas suspendidas en el aire, la concentración atmosférica de la fracción relevante, p. ej., la
“fracción respirable”) y la duración de la exposición. No obstante, cuando existen otras vías distintas a la inhalación que contribuyen significativamente a la absorción de una sustancia química, puede emitirse un juicio erróneo si sólo se evalúa la exposición a la inhalación. En tales casos tiene que evaluarse la exposición total, y una herramienta muy útil para ello es el control biológico.
La práctica de la higiene industrial se ocupa de tres tipos de situaciones:

• estudios iniciales para evaluar la exposición de los trabajadores;
• control/vigilancia de seguimiento:
• evaluación de la exposición para estudios epidemiológicos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Evaluaciones de higiene industrial

Las evaluaciones de higiene industrial se realizan para valorar la exposición de los trabajadores y para obtener información que permita diseñar o establecer la eficiencia de las medidas de control.
La evaluación de la exposición de los trabajadores a riesgos profesionales, como contaminantes atmosféricos, agentes físicos y agentes biológicos se aborda más adelante en este capítulo. No obstante, aquí se hacen algunas observaciones generales para conocer mejor el campo de la higiene industrial.
Es importante tener en cuenta que la evaluación de riesgos no es un fin en sí misma, sino que debe entenderse como parte de un procedimiento mucho más amplio que comienza en el momento en que se descubre que determinado agente, capaz de producir un daño para la salud, puede estar presente en el medio ambiente de trabajo, y concluye con el control de ese agente para evitar que cause daños. La evaluación de riesgos facilita la prevención de riesgos, pero en ningún caso la sustituye

jueves, 5 de noviembre de 2009

Identificación de riesgos

La identificación de riesgos es una etapa fundamental en la prác- tica de la higiene industrial, indispensable para una planificación adecuada de la evaluación de riesgos y de las estrategias de control, así como para el establecimiento de prioridades de acción. Un diseño adecuado de las medidas de control requiere, asimismo, la caracterización física de las fuentes contaminantes y de las vías de propagación de los agentes contaminantes.
La identificación de riesgos permite determinar:

• los agentes que pueden estar presentes y en qué circunstancias;
• la naturaleza y la posible magnitud de los efectos nocivos para la salud y el bienestar.


La identificación de agentes peligrosos, sus fuentes y las condi- ciones de exposición requiere un conocimiento exhaustivo y un estudio detenido de los procesos y operaciones de trabajo, las materias primas y las sustancias químicas utilizadas o generadas, los productos finales y los posibles subproductos, así como la eventual formación accidental de sustancias químicas, descom- posición de materiales, quema de combustibles o presencia de impurezas. La determinación de la naturaleza y la magnitud potencial de los efectos biológicos que estos agentes pueden causar si se produce una exposición excesiva a ellos exige el acceso a información toxicológica. Las fuentes internacionales de información en este campo son el Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas (IPQS), la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) y el Registro internacional de productos químicos potencialmente tóxicos, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (RIPQPT-PNUMA).
Los agentes que plantean riesgos para la salud en el medio ambiente de trabajo pueden agruparse en las siguientes categorías: contaminantes atmosféricos; sustancias químicas no suspen- didas en el aire; agentes físicos, como el calor y el ruido; agentes biológicos; factores ergonómicos, como unas posturas de trabajo o procedimientos de elevación de pesos inadecuados, y factores de estrés psicosocial.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Diseño específico (II)

Caso 1. Por ejemplo, una recepcionista en silla de ruedas con problemas del habla. Este problema ocasionaba que sus conversaciones fueran lentas. Mientras la empresa fue pequeña, no hubo ningún problema y desarrolló su trabajo de forma intachable durante varios años, pero cuando la empresa creció, sus discapacidades se convirtieron en algo problemático. Tenía que hablar más rápido y moverse con mayor rapidez, algo que no podía conseguir. Las soluciones que se buscaron se reducían a dos alternativas: la instalación de un equipo especial para compensar las deficiencias que disminuían la calidad de su trabajo, o que ella escogiera otro tipo de tarea, más de despacho u oficina, que no implicara un contacto con el público. Eligió la segunda opción y aún trabaja para la misma empresa.
Caso 2. Un delineante joven sufrió una grave lesión de la columna vertebral por haberse lanzado de cabeza en aguas poco profundas. Su lesión era lo suficientemente grave como para necesitar ayuda en su acti- vidad diaria. Sin embargo, con ayuda de un programa de diseño asistido por ordenador (CAD), es capaz de ganarse la vida con el dibujo técnico
y actualmente vive con su pareja y mantiene su independencia económica. Su lugar de trabajo es un estudio adaptado a sus necesidades y trabaja para una empresa con la que se comunica a todos los niveles por medio del ordenador, el fax y el teléfono. Para poder manejar su orde- nador se tuvieron que hacer algunas modificaciones en el teclado, pero gracias a estas mejoras técnicas puede ganarse la vida por sí mismo.

La estrategia para el diseño específico no es diferente de la de otros tipos de diseño comentados anteriormente. El único problema imposible de resolver que se podría presentar en un proyecto de diseño específico, es que no se pueda alcanzar el objetivo deseado por motivos técnicos, es decir, que no se pueda construir. Por ejemplo, es probable que un enfermo de Parkinson, en cierto punto de la evolución de su enfermedad, muestre una tendencia a caer de espaldas. Una ayuda que evitara este problema sería la solución deseada, pero en el actual estado de la técnica no es posible construirla.

martes, 3 de noviembre de 2009

Diseño específico (I)

En algunos casos, sin embargo, se deberán hacer diseños específicos o para grupos pequeños. Estas necesidades se plantearán cuando tanto las tareas como las necesidades para la persona discapacitada sean excesivas. Si los requisitos específicos necesarios no se pueden fabricar con los productos disponibles en el mercado, ni siquiera a través de adaptaciones, la solución es el diseño específico. Dejando aparte cuestiones humanitarias, sólo sabremos si estas soluciones son costosas o baratas a la luz de cuestiones como la capacidad de trabajo y su influencia en la viabilidad de la empresa. Diseñar un puesto de trabajo específico merecerá económicamente la pena cuando el trabajador con discapacidades tenga en mente continuar en dicho puesto durante largo tiempo y su trabajo, en términos de producción, represente un activo para la empresa. Si no es éste el caso, el trabajador siempre podría insistir en su derecho al trabajo, pero prevalecerá el sentido de la realidad y el pragmatismo. Estos problemas tan delicados se deben afrontar con un espíritu de cooperación y comunicación necesarios para buscar la solución más adecuada.
Las ventajas del diseño específico son las siguientes:

• El diseño se hace de forma personalizada: las soluciones y los problemas se ajustan a la perfección.
• El trabajador puede volver a la vida social y laboral.
• El trabajador puede ser autosuficiente, sin tener que depender de los servicios de asistencia social.
• Se evitan los cambios de personal que implicarían otras alternativas.
Las desventajas del diseño específico son:

• Es difícil que el diseño específico se pueda usar para otra persona, y menos aún para un gran grupo.
• A menudo es muy costoso.
• Estos productos de diseño suelen ser hechos a mano, por lo que no se aprovecha el ahorro que suponen los medios de producción en masa.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Capacidad funcional física: El sistema de energía.

Cuando el cuerpo humano tiene que realizar un esfuerzo físico, se producen diversos cambios fisioló- gicos, especialmente en forma de interacción entre las células musculares, aunque relativamente ineficaces. El “motor” humano convierte tan sólo el 25 % de sus reservas de energía en actividades de tipo mecánico, dejando el resto para pérdidas térmicas. El cuerpo humano no es, pues, especialmente idóneo para realizar tareas físicas pesadas. Al cabo de un tiempo, aparece el cansancio, y si se va a desarrollar un trabajo pesado, hay que recurrir a las reservas de energía. Estas fuentes de energía se utilizan siempre que se realiza algún trabajo con rapidez, se comienza repentinamente (sin el calentamiento previo) o implica un cansancio profundo.
El organismo humano obtiene energía aeróbicamente (por medio del oxígeno de la sangre) y anaeróbicamente (tras consu- mirse el oxígeno aeróbico, se buscan las reservas, pequeñas pero importantes, de energía almacenadas en el tejido muscular). La necesidad de aire fresco en el puesto de trabajo nos lleva a prestar toda la atención al uso aeróbico del oxígeno. Las condi- ciones de trabajo que son lo suficientemente agotadoras como para requerir procesos anaeróbicos con mucha regularidad, son poco comunes, al menos en los países desarrollados. La disponi- bilidad de oxígeno atmosférico, relacionada directamente con el funcionamiento aeróbico, requiere ciertas condiciones:
• Presión atmosférica (aproximadamente 760 Torr. o 21,33 kPa
a nivel del mar). La realización de tareas a determinada altitud se puede ver afectada por la falta de oxígeno; esta falta debería ser una consideración primordial cuando se trata de trabaja- dores que trabajan en tales condiciones.
• Para los trabajadores que realizan trabajos pesados, es nece- sario un sistema de ventilación para garantizar el recambio de aire y permitir que se incremente el volumen de aire respirado por minuto.
• El oxígeno ambiental llega al torrente sanguíneo a través de los alvéolos pulmonares, gracias a un proceso de difusión. A mayores presiones sanguíneas, la superficie de difusión es mayor, y aumenta la capacidad de oxígeno en la sangre.
• El incremento de la difusión de oxígeno hacia los tejidos provoca un incremento de la superficie de difusión y, consecuentemente, del nivel de oxígeno.
• Las personas con ciertos problemas cardíacos sufren cuando, debido a un mayor gasto cardíaco (junto con el nivel de oxígeno) la circulación sanguínea cambia en favor de los músculos.
• A diferencia de lo que ocurre con el oxígeno, el “combustible”
(fuente de energía) no necesita ser siempre provisto desde el exterior debido a las grandes reservas de glucosa y en especial, de grasa. En los trabajos más pesados se utiliza exclusivamente glucosa, debido a su alto valor energético. En los trabajos menos pesados, se utiliza la grasa, en una proporción que depende de cada persona. Veamos brevemente un caso general.


Una persona que sufra de asma o bronquitis, enfermedades que afectan a los pulmones, tiene serias limitaciones en el trabajo. Se debería analizar la tarea concreta de este trabajador en relación con factores como la carga física. El entorno laboral también se debería analizar: un entorno con aire limpio contribuye sustancialmente al bienestar del trabajador. Además, la carga de trabajo se debería distribuir de manera equilibrada a lo largo del día, evitando los “picos” de cargas excesivas.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Capacidad funcional física: El sistema neurológico.

El sistema neurológico se suele comparar con una sofisticadísima sala de control, con recopiladores de datos cuya finalidad es iniciar y gobernar movimientos y acciones, interpretando la información relacionada con diversos aspectos de los componentes posturales, mecánicos y químicos del cuerpo, entre otros. Este sistema incorpora, no sólo un sistema de retroinformación (por ejemplo, el dolor) que permite que se pongan en marcha medidas correctoras de posibles fallos, sino también una capacidad de anticipación que nos permite mantener un estado de equilibrio. Consideremos por ejemplo el caso de un trabajador que sin pensarlo, adopta una postura determinada para protegerse de una caída o del contacto con las partes peligrosas de una máquina.Justificar a ambos lados
En las personas con discapacidades, el procesamiento fisiológico de la información se puede ver deteriorado. Tanto los mecanismos de retroalimentación de la información como los de anticipación de las personas con discapacidades visuales están debilitados o no existen; lo mismo ocurre, a nivel auditivo, en las personas con problemas de audición. Además, los circuitos regu- ladores más importantes son interactivos. Las señales sonoras tienen un efecto sobre el equilibrio de las personas, en combina- ción con los circuitos propioceptivos, que se encargan de situar

nuestro cuerpo en el espacio por medio de los datos recogidos de músculos y articulaciones con la ayuda de las señales visuales. El cerebro puede llegar a superar deficiencias importantes en estos sistemas, corrigiendo los errores en la codificación de la información y completando la que falte. Más allá de ciertos límites, sobreviene la incapacidad. Pongamos como ejemplo dos casos concretos.
Caso 1. Una mujer de 36 años sufrió una lesión de columna verte- bral en un accidente de automóvil. Es capaz de sentarse sin ayuda alguna y puede manejar una silla de ruedas manual. Su tronco tiene la estabilidad necesaria, pero no tiene sensibilidad en las piernas; esta falta de sensibilidad incluye la incapacidad para detectar los cambios de temperatura.
Se le ha preparado un lugar de trabajo en su casa en el que tiene que estar sentada (la cocina está diseñada para que pueda trabajar sentada). Las medidas de seguridad incluyen la instalación de un fregadero en una posición lo suficientemente aislada como para reducir al mínimo el riesgo de quemaduras que puede producir en sus piernas el agua caliente, ya que su incapacidad para procesar la información de la temperatura en las piernas la expone a sufrir quemaduras sin notarlo.
Caso 2. Una madre estaba bañando a su hijo de 5 años, el cual tenía el lado izquierdo paralizado. Sonó el timbre y la madre dejó al niño solo para ir a abrir la puerta. Durante este tiempo, el niño abrió el grifo del agua caliente, sufriendo quemaduras. Por razones de seguridad, el baño debería haber tenido un termostato, preferiblemente uno que el niño no pudiera manipular.