La información anterior se ha utilizado principalmente para extraer conclusiones sobre los tiempos medios adecuados para medir la exposición y a efectos de cumplimiento de los requisitos legales.  Desde  que  se  publicaron  los  artículos  de  Roach,  se acepta  que,  para  estimar  la  exposición  a  irritantes,  deben tomarse muestras puntuales durante cortos intervalos medios de tiempo, mientras que para los agentes con semivida larga, como el amianto, tiene que estimarse la exposición media acumulada durante un período de tiempo largo. No obstante, hay que tener presente  que  la  dicotomización  entre  estrategias  de  muestreo puntual  y  estrategias  de  exposición  media  acumulada  durante ocho  horas,  según  se  ha  adoptado  en  muchos  países  para cumplir los requisitos legales, constituye una aplicación extrema- damente simple de los principios biológicos descritos.
En el artículo de Wegman y cols. (1992) se ofrece un ejemplo de cómo mejorar una estrategia de evaluación de la exposición basándose en los principios farmacocinéticos en el campo de la epidemiología. Estos autores aplicaron una interesante estrategia de  evaluación  de  la  exposición  utilizando  dispositivos  de  vigi- lancia continua para medir las exposiciones pico del personal al polvo   y   relacionarlas   con   síntomas   respiratorios   reversibles agudos cada 15 minutos. Un problema conceptual de este tipo de estudios, que los autores comentan con detalle en su artículo, es la definición de lo que es una exposición pico relevante para la salud. La definición del pico dependerá a su vez de considera- ciones biológicas. Rappaport (1991) formula dos requisitos para que  las  exposiciones  pico  tengan  importancia  etiológica  en  el proceso de la enfermedad: (1) el agente se elimina rápidamente del organismo, y (2) existe una velocidad no lineal de daño bioló- gico durante una exposición pico. Las velocidades no lineales de daño  biológico  pueden  estar  relacionadas  con  cambios  en  la absorción,  que  a  su  vez  están  relacionados  con  los  niveles  de exposición,  la  sensibilidad  del  huésped,  la  sinergia  con  otras exposiciones,  la  participación  de  otros  mecanismos  de  enfer- medad  a  exposiciones  más  elevadas  o  niveles  umbral  para  la progresión de la enfermedad.
Estos ejemplos indican también que los enfoques farmacoci- néticos pueden servir para fines distintos de la estimación de la dosis.  Los  resultados  de  los  modelos  farmacocinéticos  pueden utilizarse  también  para  analizar  la  relevancia  biológica  de  los índices de exposición existentes y para diseñar nuevas estrategias de evaluación de la exposición relevante para la salud.
Los   modelos   farmacocinéticos   de   la   exposición   pueden generar,  asimismo,  estimaciones  de  la  dosis  real  en  el  órgano diana. Por ejemplo, en el caso del ozono, un gas irritante agudo, se han desarrollo modelos que predicen la concentración tisular en las vías respiratorias como función de la concentración media del  ozono  en  el  aire  contenido  en  el  pulmón  a  una  cierta
 
distancia de la tráquea, el radio de las vías respiratorias, la velo- cidad media del aire, la dispersión efectiva y el flujo de ozono del  aire  a  la  superficie  del  pulmón  (Menzel  1987;  Miller  y Overton  1989).  Este  tipo  de  modelos  pueden  utilizarse  para predecir  la  dosis  de  ozono  en  una  región  concreta  de  las  vías respiratorias,  dependiendo  de  las  concentraciones  ambientales de ozono y de las pautas de respiración.
En  la  mayoría  de  los  casos,  la  estimación  de  la  dosis  en  el órgano diana se basa en información sobre la pauta de exposi- ción  a  lo  largo  del  tiempo,  los  antecedentes  profesionales  y  la información  farmacocinética  sobre  la  absorción,  distribución, eliminación y transformación del agente. Todo el proceso puede describirse  mediante  una  serie  de  ecuaciones  que  se  resuelven matemáticamente. Muchas veces no se dispone de información sobre los parámetros farmacocinéticos en el ser humano y tienen que utilizarse estimaciones de los parámetros derivadas de expe- rimentos  animales.  Existen  ya  varios  ejemplos  del  uso  de  los modelos  farmacocinéticos  de  la  exposición  para  calcular  las dosis. Las primeras referencias bibliográficas al uso de modelos para convertir los datos sobre la exposición en estimaciones de la dosis se remontan al artículo de Jahr (1974).
Aunque, en términos generales, las estimaciones de las dosis no se han validado y han tenido una aplicación limitada en los estudios epidemiológicos, se espera que la nueva generación de índices de exposición o dosis dé lugar a un análisis óptimo de la relación  exposición-respuesta  en  los  estudios  epidemiológicos
(Smith 1985, 1987). Un problema que todavía no se ha abor- dado en los modelos farmacocinéticos es el de las grandes dife- rencias  que  existen  en  la  cinética  de  los  agentes  tóxicos  en distintas especies y, por consiguiente, los efectos de la variación de los parámetros farmacocinéticos en distintas personas son de gran interés (Droz 1992).
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miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 30 de julio de 2013
Control de la exposición y predicción de la dosis (I)
Lamentablemente,   el   número   de   datos   cuantitativos   sobre muchos tipos de exposición es insuficiente para predecir el riesgo de  desarrollar  determinado  efecto.  Ya  en  1924,  Haber  postuló que  la  gravedad  del  efecto  en  la  salud  (H)  es  proporcional  al producto de la concentración de la exposición (X) y la duración de la exposición (T):
H= XT
La ley de Haber, que es como se denomina, constituyó la base para desarrollar la idea de que las mediciones de la exposición media ponderada en el tiempo (TWA) —es decir, mediciones realizadas y promediadas durante un cierto período de tiempo— serían una medida útil de la exposición. Este supuesto sobre la validez de la media ponderada en el tiempo se ha cuestionado durante muchos años. En 1952, Adams y sus colaboradores afir- maron que “no existe ningún fundamento científico que justifique el uso de la media ponderada en el tiempo para integrar exposi- ciones variables ...” (en Atherly 1985). El problema es que muchas relaciones son más complejas que la relación que repre- senta la ley de Haber. Existen muchos ejemplos de agentes cuyos efectos dependen más de su concentración que de la duración de la exposición. Por ejemplo, los estudios de laboratorio han apor- tado interesantes evidencias de que en ratas expuestas a tetraclo- ruro de carbono, la pauta de exposición (continua frente a intermitente y con o sin picos) así como la dosis pueden modificar el riesgo observado de que las ratas experimenten cambios en la concentración de enzimas hepáticas (Bogers y cols. 1987). Otro ejemplo es el de los bioaerosoles, como la enzima -amilasa, un mejorador de la masa que puede causar enfermedades alérgicas a los trabajadores de la industria panadera (Houba y cols. 1996). No se sabe si el riesgo de desarrollar esta enfermedad depende principalmente de las exposiciones pico, de la exposición media o del nivel acumulado de exposición (Wong 1987; Checkoway y Rice 1992). No se dispone de información sobre las pautas temporales de la mayoría de los agentes, especialmente de los agentes que tienen efectos crónicos.
 
Los primeros modelos de las pautas de exposición y la estima- ción de la dosis fueron publicados en los decenios de 1960 y
1970 por Roach (1966; 1977). Roach demostró que la concen- tración de un agente alcanza un valor de equilibrio en el receptor tras una exposición de duración infinita, porque la eliminación contrarresta la absorción del agente. En una exposi- ción de ocho horas, este nivel de equilibrio puede alcanzar un valor del 90 % si la semivida del agente en el órgano diana es inferior a unas dos horas y media. Esto indica que la dosis en el órgano diana de los agentes con semivida corta está determi- nada por una exposición inferior a ocho horas. La dosis en el órgano diana es una función del producto del tiempo de exposi- ción y la concentración de agentes con semivida larga. Rappa- port (1985) ha aplicado un enfoque similar aunque más elaborado, y ha demostrado que la variabilidad de la exposición dentro de un mismo día tiene una influencia limitada cuando se trata de agentes con semivida larga. Introdujo el término efecto amortiguador en el receptor.
H= XT
La ley de Haber, que es como se denomina, constituyó la base para desarrollar la idea de que las mediciones de la exposición media ponderada en el tiempo (TWA) —es decir, mediciones realizadas y promediadas durante un cierto período de tiempo— serían una medida útil de la exposición. Este supuesto sobre la validez de la media ponderada en el tiempo se ha cuestionado durante muchos años. En 1952, Adams y sus colaboradores afir- maron que “no existe ningún fundamento científico que justifique el uso de la media ponderada en el tiempo para integrar exposi- ciones variables ...” (en Atherly 1985). El problema es que muchas relaciones son más complejas que la relación que repre- senta la ley de Haber. Existen muchos ejemplos de agentes cuyos efectos dependen más de su concentración que de la duración de la exposición. Por ejemplo, los estudios de laboratorio han apor- tado interesantes evidencias de que en ratas expuestas a tetraclo- ruro de carbono, la pauta de exposición (continua frente a intermitente y con o sin picos) así como la dosis pueden modificar el riesgo observado de que las ratas experimenten cambios en la concentración de enzimas hepáticas (Bogers y cols. 1987). Otro ejemplo es el de los bioaerosoles, como la enzima -amilasa, un mejorador de la masa que puede causar enfermedades alérgicas a los trabajadores de la industria panadera (Houba y cols. 1996). No se sabe si el riesgo de desarrollar esta enfermedad depende principalmente de las exposiciones pico, de la exposición media o del nivel acumulado de exposición (Wong 1987; Checkoway y Rice 1992). No se dispone de información sobre las pautas temporales de la mayoría de los agentes, especialmente de los agentes que tienen efectos crónicos.
Los primeros modelos de las pautas de exposición y la estima- ción de la dosis fueron publicados en los decenios de 1960 y
1970 por Roach (1966; 1977). Roach demostró que la concen- tración de un agente alcanza un valor de equilibrio en el receptor tras una exposición de duración infinita, porque la eliminación contrarresta la absorción del agente. En una exposi- ción de ocho horas, este nivel de equilibrio puede alcanzar un valor del 90 % si la semivida del agente en el órgano diana es inferior a unas dos horas y media. Esto indica que la dosis en el órgano diana de los agentes con semivida corta está determi- nada por una exposición inferior a ocho horas. La dosis en el órgano diana es una función del producto del tiempo de exposi- ción y la concentración de agentes con semivida larga. Rappa- port (1985) ha aplicado un enfoque similar aunque más elaborado, y ha demostrado que la variabilidad de la exposición dentro de un mismo día tiene una influencia limitada cuando se trata de agentes con semivida larga. Introdujo el término efecto amortiguador en el receptor.
lunes, 29 de julio de 2013
FUNDAMENTOS BIOLOGICOS PARA • EVALUAR LA EXPOSICION (III)
El  modelo  básico  de  exposición-respuesta  puede  esquemati- zarse de la siguiente forma
exposición  absorción  distribución, eliminación, transformación  dosis en el órgano diana objetivo  fisiopatología  efecto
Dependiendo del agente, las relaciones entre exposición-ab- sorción y exposición-ingesta pueden ser complejas. Para muchos gases pueden realizarse aproximaciones sencillas basadas en la concentración atmosférica del agente durante una jornada de trabajo y en la cantidad de aire inhalado. Para el muestreo del polvo debe tenerse en cuenta, además, que el depósito de las partículas es función de su tamaño. Las consideraciones sobre el tamaño pueden aumentar también la complejidad de la
 
relación. En el capítulo Sistema respiratorio se facilitan más detalles sobre el aspecto de la toxicidad respiratoria.
La valoración de la exposición y la dosis es un elemento de la valoración cuantitativa del riesgo. Los métodos de evaluación del riesgo para la salud suelen constituir la base para establecer los límites de exposición correspondientes a los niveles de emisión de agentes tóxicos en el aire que se definen en las normas ambientales y laborales. El análisis del riesgo para la salud proporciona una estimación de la probabilidad (riesgo) de que ocurran determinados efectos en la salud o una estimación del número de casos con esos efectos. El análisis del riesgo para la salud permite establecer una concentración aceptable de un agente tóxico en el aire, el agua o los alimentos, dada una magnitud de riesgo aceptable elegida a priori. El análisis cuanti- tativo del riesgo ha encontrado una aplicación en la epidemio- logía del cáncer, lo que explica la importancia que se concede a la evaluación retrospectiva de la exposición. Sin embargo, otras estrategias más elaboradas de evaluación de la exposición se aplican también a evaluaciones tanto prospectivas como retros- pectivas de la misma. Los principios de la evaluación de la expo- sición se han aplicado también al estudio de otros efectos, como las enfermedades respiratorias benignas (Wegman y cols. 1992; Post y cols. 1994). En este momento, predominan dos líneas de investigación. Una de ellas utiliza estimaciones de la dosis obte- nidas de la información procedente de las mediciones ambien- tales, y la otra se basa en los biomarcadores como medidas de la exposición.
exposición  absorción  distribución, eliminación, transformación  dosis en el órgano diana objetivo  fisiopatología  efecto
Dependiendo del agente, las relaciones entre exposición-ab- sorción y exposición-ingesta pueden ser complejas. Para muchos gases pueden realizarse aproximaciones sencillas basadas en la concentración atmosférica del agente durante una jornada de trabajo y en la cantidad de aire inhalado. Para el muestreo del polvo debe tenerse en cuenta, además, que el depósito de las partículas es función de su tamaño. Las consideraciones sobre el tamaño pueden aumentar también la complejidad de la
relación. En el capítulo Sistema respiratorio se facilitan más detalles sobre el aspecto de la toxicidad respiratoria.
La valoración de la exposición y la dosis es un elemento de la valoración cuantitativa del riesgo. Los métodos de evaluación del riesgo para la salud suelen constituir la base para establecer los límites de exposición correspondientes a los niveles de emisión de agentes tóxicos en el aire que se definen en las normas ambientales y laborales. El análisis del riesgo para la salud proporciona una estimación de la probabilidad (riesgo) de que ocurran determinados efectos en la salud o una estimación del número de casos con esos efectos. El análisis del riesgo para la salud permite establecer una concentración aceptable de un agente tóxico en el aire, el agua o los alimentos, dada una magnitud de riesgo aceptable elegida a priori. El análisis cuanti- tativo del riesgo ha encontrado una aplicación en la epidemio- logía del cáncer, lo que explica la importancia que se concede a la evaluación retrospectiva de la exposición. Sin embargo, otras estrategias más elaboradas de evaluación de la exposición se aplican también a evaluaciones tanto prospectivas como retros- pectivas de la misma. Los principios de la evaluación de la expo- sición se han aplicado también al estudio de otros efectos, como las enfermedades respiratorias benignas (Wegman y cols. 1992; Post y cols. 1994). En este momento, predominan dos líneas de investigación. Una de ellas utiliza estimaciones de la dosis obte- nidas de la información procedente de las mediciones ambien- tales, y la otra se basa en los biomarcadores como medidas de la exposición.
domingo, 28 de julio de 2013
FUNDAMENTOS BIOLOGICOS PARA • EVALUAR LA EXPOSICION (II)
La  pauta  de  exposición  continua,  intermitente,  con  o  sin picos  agudos  puede  ser  también  relevante.  Es  importante tenerla en cuenta tanto para los estudios epidemiológicos como para las mediciones ambientales que se utilizan para observar el cumplimiento de las normas sanitarias y los controles ambien- tales en el marco de los programas de prevención y control. Por ejemplo, si un efecto en la salud está causado por exposiciones pico, estos picos deben ser medidos para que puedan ser contro- lados.  Las  observaciones  que  sólo  facilitan  datos  sobre  exposi- ciones medias durante largos períodos de tiempo no tiene gran utilidad,  puesto  que  los  valores  de  desviación  de  los  picos pueden quedar ocultos por la obtención del valor promedio y, desde  luego,  no  pueden  controlarse  en  el  momento  en  que ocurren.
Muchas veces se desconoce la exposición o la dosis biológica- mente relevante para un determinado efecto, porque las pautas de ingesta, absorción, distribución y eliminación, o los meca- nismos de biotransformación, no se conocen con suficiente detalle. Tanto el conocimiento de la velocidad a la que un agente entra y abandona el organismo (cinética) como el de los procesos bioquímicos que sufre la sustancia (biotransformación) ayudan a determinar las relaciones entre exposición, dosis y efecto.
El control ambiental consiste en la medición y evaluación de los agentes presentes en el lugar de trabajo para evaluar la expo- sición ambiental y los consiguientes riesgos para la salud. El control biológico consiste en la medición y evaluación de los agentes presentes en el lugar de trabajo o de sus metabolitos en los tejidos, secreciones o excreciones para evaluar la exposición y los riesgos para la salud. Algunas veces se utilizan biomarcadores, como aductos del ADN, para medir la exposición. Los biomar- cadores sirven también como indicadores de los mecanismos del propio proceso de la enfermedad, pero este es un tema complejo que se aborda con más detalle en el capítulo Control biológico y más adelante en esta sección.
Muchas veces se desconoce la exposición o la dosis biológica- mente relevante para un determinado efecto, porque las pautas de ingesta, absorción, distribución y eliminación, o los meca- nismos de biotransformación, no se conocen con suficiente detalle. Tanto el conocimiento de la velocidad a la que un agente entra y abandona el organismo (cinética) como el de los procesos bioquímicos que sufre la sustancia (biotransformación) ayudan a determinar las relaciones entre exposición, dosis y efecto.
El control ambiental consiste en la medición y evaluación de los agentes presentes en el lugar de trabajo para evaluar la expo- sición ambiental y los consiguientes riesgos para la salud. El control biológico consiste en la medición y evaluación de los agentes presentes en el lugar de trabajo o de sus metabolitos en los tejidos, secreciones o excreciones para evaluar la exposición y los riesgos para la salud. Algunas veces se utilizan biomarcadores, como aductos del ADN, para medir la exposición. Los biomar- cadores sirven también como indicadores de los mecanismos del propio proceso de la enfermedad, pero este es un tema complejo que se aborda con más detalle en el capítulo Control biológico y más adelante en esta sección.
jueves, 11 de julio de 2013
Equilibrio de luminancias
La relación de luminancias entre partes de la tarea observadas frecuentemente, como, por ejemplo, entre pantalla y documento, debe ser inferior a 10:1.
No obstante, para un buen acondicionamiento se aconseja que dicha relación no sea mayor de 3:1.
La relación de luminancias entre la tarea y el entorno del puesto admite límites más amplios. Se considera que una relación de 100:1 puede producir una cierta reducción en la ejecución de la tarea. No obstante, para un buen acondicionamiento es aconsejable que dicha relación no sea mayor de 10:1.
No obstante, para un buen acondicionamiento se aconseja que dicha relación no sea mayor de 3:1.
La relación de luminancias entre la tarea y el entorno del puesto admite límites más amplios. Se considera que una relación de 100:1 puede producir una cierta reducción en la ejecución de la tarea. No obstante, para un buen acondicionamiento es aconsejable que dicha relación no sea mayor de 10:1.
miércoles, 10 de julio de 2013
Polaridad de la imagen
Son aceptables las dos formas de polaridad; en positivo (caracteres oscuros sobre fondo claro) y en negativo; cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes.
Características de la polaridad de pantalla
POLARIDAD POSITIVA
POLARIDAD NEGATIVA
o Los reflejos son menos perceptibles.
o Los bordes de los caracteres aparecen mas nítidos.
o Se obtienen más fácilmente el equilibrio de luminancias.
o El parpadeo es menos perceptible.
o La legibilidad es mejor para las personas con menor agudeza visual.
o Los caracteres se perciben mayores de lo que son.
Características de la polaridad de pantalla
POLARIDAD POSITIVA
POLARIDAD NEGATIVA
o Los reflejos son menos perceptibles.
o Los bordes de los caracteres aparecen mas nítidos.
o Se obtienen más fácilmente el equilibrio de luminancias.
o El parpadeo es menos perceptible.
o La legibilidad es mejor para las personas con menor agudeza visual.
o Los caracteres se perciben mayores de lo que son.
martes, 9 de julio de 2013
domingo, 7 de julio de 2013
Contraste de luminancia
El contraste de luminancia entre los caracteres y el fondo de pantalla es un aspecto que el usuario ha de poder ajustar con arreglo a sus necesidades, actuando sobre los controles de luminancia y brillo.
Para ello, aparte de los correspondientes controles de ajuste, las características técnicas de la pantalla han de permitir que el contraste alcanzado se atenga a los siguientes mínimos:
Para ello, aparte de los correspondientes controles de ajuste, las características técnicas de la pantalla han de permitir que el contraste alcanzado se atenga a los siguientes mínimos:
sábado, 6 de julio de 2013
Características técnicas de la propia pantalla
Luminancia de la pantalla
La pantalla debe ser capaz de proporcionar una luminancia de al menos 35 Cd/m2 para los caracteres.
Si se utiliza codificación por luminancia (caracteres con diferente nivel de luminancia), ése será el nivel mínimo para la luminancia más baja.
No obstante, el nivel preferido de luminancia se sitúa en torno a 100 Cd/m2, sobre todo en entornos de alta luminancia.
La pantalla debe ser capaz de proporcionar una luminancia de al menos 35 Cd/m2 para los caracteres.
Si se utiliza codificación por luminancia (caracteres con diferente nivel de luminancia), ése será el nivel mínimo para la luminancia más baja.
No obstante, el nivel preferido de luminancia se sitúa en torno a 100 Cd/m2, sobre todo en entornos de alta luminancia.
viernes, 5 de julio de 2013
Ajuste de la posición del teclado
Coloque el teclado directamente frente a usted para evitar torcer el cuello y el torso. De esta manera, podrá escribir con los hombros relajados y los brazos sueltos de manera cómoda.
jueves, 4 de julio de 2013
Teclado y dispositivo señalador
SUGERENCIAS
● Cambie de mano Para hacer descansar una mano, puede controlar el mouse o la bola de seguimiento con la otra mano durante un momento (utilice el software del dispositivo para cambiar las asignaciones de botones).
● Preste atención a las señales de su cuerpo Deje que su cuerpo sea su guía al ubicar el teclado y el dispositivo señalador. Los hombros deben estar relajados y los antebrazos, las muñecas y las manos deben encontrarse en una posición neutra y cómoda.
Coloque el teclado, el mouse y los demás dispositivos de entrada de datos de manera que pueda usarlos con el cuerpo en una posición relajada y cómoda. De este modo, no tendrá que estirarse o encoger los hombros al trabajar.
● Cambie de mano Para hacer descansar una mano, puede controlar el mouse o la bola de seguimiento con la otra mano durante un momento (utilice el software del dispositivo para cambiar las asignaciones de botones).
● Preste atención a las señales de su cuerpo Deje que su cuerpo sea su guía al ubicar el teclado y el dispositivo señalador. Los hombros deben estar relajados y los antebrazos, las muñecas y las manos deben encontrarse en una posición neutra y cómoda.
Coloque el teclado, el mouse y los demás dispositivos de entrada de datos de manera que pueda usarlos con el cuerpo en una posición relajada y cómoda. De este modo, no tendrá que estirarse o encoger los hombros al trabajar.
miércoles, 3 de julio de 2013
Eliminación del brillo y de los reflejos en el monitor
Dedique un momento a eliminar el brillo y los reflejos. Para controlar la luz del día, use cortinas,
persianas o toldos, o bien procure adoptar otras medidas para reducir el brillo. Use iluminación indirecta
o reducida para evitar los reflejos en la pantalla.
Si el brillo es un problema, considere estas medidas:
● Traslade el monitor a un lugar donde no haya brillo ni reflejos.
● Apague todas o algunas de las luces del techo y use iluminación localizada (una o más lámparas
ajustables) para realizar su trabajo.
● Si no puede controlar las luces del techo, trate de colocar el monitor entre las hileras de luces, en
lugar de colocarlo directamente debajo de una hilera de luces.
● Coloque un filtro antirreflejo en el monitor.
● Coloque una visera en el monitor. Este dispositivo puede consistir en un simple trozo de cartón
extendido sobre el borde superior frontal del monitor.
● Evite inclinar o hacer girar la pantalla de una forma que le lleve a adoptar una postura incómoda
de la cabeza o de la espalda.
persianas o toldos, o bien procure adoptar otras medidas para reducir el brillo. Use iluminación indirecta
o reducida para evitar los reflejos en la pantalla.
Si el brillo es un problema, considere estas medidas:
● Traslade el monitor a un lugar donde no haya brillo ni reflejos.
● Apague todas o algunas de las luces del techo y use iluminación localizada (una o más lámparas
ajustables) para realizar su trabajo.
● Si no puede controlar las luces del techo, trate de colocar el monitor entre las hileras de luces, en
lugar de colocarlo directamente debajo de una hilera de luces.
● Coloque un filtro antirreflejo en el monitor.
● Coloque una visera en el monitor. Este dispositivo puede consistir en un simple trozo de cartón
extendido sobre el borde superior frontal del monitor.
● Evite inclinar o hacer girar la pantalla de una forma que le lleve a adoptar una postura incómoda
de la cabeza o de la espalda.
martes, 2 de julio de 2013
Frente al monitor INCORRECTO
Si usa bifocales, trifocales o lentes de aumento progresivo, no coloque el monitor a un nivel demasiado alto de manera que tenga que inclinar la cabeza hacia atrás para ver la pantalla.
lunes, 1 de julio de 2013
Ajuste la altura del monitor para personas que usan bifocales, trifocales y lentes de aumento progresivo
Si usa lentes bifocales, trifocales o progresivas, es especialmente importante que ajuste apropiadamente la altura de su monitor. Evite inclinar la cabeza hacia atrás para ver la pantalla a través de la parte inferior de sus anteojos; esto puede causar fatiga muscular en el cuello y la espalda. En lugar de eso, trate de bajar el monitor. Si esto no da resultado, debe considerar la posibilidad de obtener anteojos especiales para usar con PC.
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