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martes, 30 de julio de 2013

Control de la exposición y predicción de la dosis (I)

Lamentablemente, el número de datos cuantitativos sobre muchos tipos de exposición es insuficiente para predecir el riesgo de desarrollar determinado efecto. Ya en 1924, Haber postuló que la gravedad del efecto en la salud (H) es proporcional al producto de la concentración de la exposición (X) y la duración de la exposición (T):
H= XT
La ley de Haber, que es como se denomina, constituyó la base para desarrollar la idea de que las mediciones de la exposición media ponderada en el tiempo (TWA) —es decir, mediciones realizadas y promediadas durante un cierto período de tiempo— serían una medida útil de la exposición. Este supuesto sobre la validez de la media ponderada en el tiempo se ha cuestionado durante muchos años. En 1952, Adams y sus colaboradores afir- maron que “no existe ningún fundamento científico que justifique el uso de la media ponderada en el tiempo para integrar exposi- ciones variables ...” (en Atherly 1985). El problema es que muchas relaciones son más complejas que la relación que repre- senta la ley de Haber. Existen muchos ejemplos de agentes cuyos efectos dependen más de su concentración que de la duración de la exposición. Por ejemplo, los estudios de laboratorio han apor- tado interesantes evidencias de que en ratas expuestas a tetraclo- ruro de carbono, la pauta de exposición (continua frente a intermitente y con o sin picos) así como la dosis pueden modificar el riesgo observado de que las ratas experimenten cambios en la concentración de enzimas hepáticas (Bogers y cols. 1987). Otro ejemplo es el de los bioaerosoles, como la enzima -amilasa, un mejorador de la masa que puede causar enfermedades alérgicas a los trabajadores de la industria panadera (Houba y cols. 1996). No se sabe si el riesgo de desarrollar esta enfermedad depende principalmente de las exposiciones pico, de la exposición media o del nivel acumulado de exposición (Wong 1987; Checkoway y Rice 1992). No se dispone de información sobre las pautas temporales de la mayoría de los agentes, especialmente de los agentes que tienen efectos crónicos.


Los primeros modelos de las pautas de exposición y la estima- ción de la dosis fueron publicados en los decenios de 1960 y
1970 por Roach (1966; 1977). Roach demostró que la concen- tración de un agente alcanza un valor de equilibrio en el receptor tras una exposición de duración infinita, porque la eliminación contrarresta la absorción del agente. En una exposi- ción de ocho horas, este nivel de equilibrio puede alcanzar un valor del 90 % si la semivida del agente en el órgano diana es inferior a unas dos horas y media. Esto indica que la dosis en el órgano diana de los agentes con semivida corta está determi- nada por una exposición inferior a ocho horas. La dosis en el órgano diana es una función del producto del tiempo de exposi- ción y la concentración de agentes con semivida larga. Rappa- port (1985) ha aplicado un enfoque similar aunque más elaborado, y ha demostrado que la variabilidad de la exposición dentro de un mismo día tiene una influencia limitada cuando se trata de agentes con semivida larga. Introdujo el término efecto amortiguador en el receptor.

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