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miércoles, 2 de septiembre de 2009

TRABAJADORES CON NECESIDADES ESPECIALES

Diseñar para las personas con discapacidades es diseñar para todos Hay muchos productos en el mercado que son poco idóneos o inapropiados para la mayoría de los usuarios. ¿Qué podríamos decir de esas puertas tan estrechas por las que una mujer embarazada, o una persona corpulenta, apenas pueden pasar? ¿Se pueden poner objeciones a su diseño si pasa todas las pruebas de funcionamiento mecánico? Es evidente que esas personas no pueden ser consideradas discapacitadas en el sentido físico, puesto que es posible que gocen de un perfecto estado de salud. Algunos productos hay que manejarlos durante bastante tiempo, antes de conseguir que realicen la función que se esperara de ellos; es el caso, por ejemplo, de algunos abrelatas baratos. Es evidente que a una persona sana, que tenga dificultades al utilizar este tipo de aparatos, no se le puede considerar discapacitada. El diseñador que introduce en sus diseños ciertos aspectos de la interacción entre las personas y los productos, aumenta la utilidad funcional de sus diseños. Si el producto no tiene un buen diseño funcional, cualquier persona con una discapacidad mínima se podría considerar a sí mismo seriamente impedido. Así pues, es la interacción hombre-máquina la que determina el valor de un diseño para todos los usuarios.
Es obvio que la tecnología está al servicio de los seres humanos y que su uso debe ampliar las capacidades de los mismos. Para las personas con discapacidades, esta ampliación debe ir un poco más lejos. Por ejemplo, en el decenio de 1980 se prestó especial atención al diseño de cocinas para personas con discapacidades. Toda la experiencia acumulada en este proceso tuvo influencia en los diseños de cocinas “normales”; en este aspecto, se puede considerar a la persona discapacitada un pionero. Las discapacidades y daños ocasionados en el trabajo (no se puede por menos que considerar como tales las quejas sobre el aparato musculosquelético que se escuchan de aquellos que trabajan sentados, algo muy frecuente hoy en día) requieren que se preste atención a los diseños, no sólo para evitar la repetición de las condiciones que causaron la dolencia, sino para desarrollar tecnologías compatibles con el usuario, adaptadas a las necesidades de aquellos ya afectados por trastornos relacionados con el trabajo.

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