El enfoque sobre la aplicación por el usuario se basa en la idea de que el objetivo de la normalización es prevenir los daños y conseguir que el operador tenga unas condiciones de trabajo óptimas, pero no establecer especificaciones técnicas per se. La especificación sólo se considera un medio para conseguir un fin: el óptimo rendimiento del usuario, sin problemas de daños. Esto es lo importante, sin dar demasiada importancia al cumplimiento de una u otra especificación física. Para esto debe especificarse, en primer lugar, el rendimiento óptimo deseado (por ejemplo, realizando la lectura en la pantalla) y en segundo lugar, las especificaciones técnicas que se deben desarrollar para permitir que el usuario realice su cometido al mejor nivel posible. El fabricante es libre de seguir estas especificaciones que aseguran que el producto cumple con los requisitos ergonó- micos. O bien, puede demostrar que, en comparación con un producto que se sabe que cumple los requisitos (bien por el cumplimiento con las especificaciones técnicas de la norma o bien por un funcionamiento óptimo probado), el nuevo producto cumple tan bien o mejor con los requisitos de funcio- namiento como el producto de referencia, tanto si cumple las especificaciones técnicas de la norma como si no. En la misma norma se indica el procedimiento de conformidad que debe seguirse para ver si el producto cumple los requisitos de la norma para la aplicación por el usuario.
Este planteamiento ayuda a superar dos problemas. Las normas, en virtud de sus especificaciones, basadas en el estado de los conocimientos (y la tecnología) en el momento de su elaboración, pueden restringir nuevos desarrollos. Las especifi- caciones basadas en una tecnología concreta (por ejemplo, los tubos de rayos catódicos) pueden ser inadecuadas para otras tecnologías. Independientemente de la tecnología, el usuario de una pantalla, por ejemplo, debería ser capaz de leer y comprender eficazmente la información mostrada, sin importar la técnica utilizada, ya sea una pantalla de cristal líquido o de rayos catódicos. El rendimiento, en este caso, no se puede evaluar sólo en términos de resultados (rapidez o precisión), sino también en términos de confor y esfuerzo.
El segundo problema que puede ser abordado con este enfoque es el derivado de las interacciones entre las condiciones. La especificación física suele ser unidimensional y no considera otras condiciones. Sin embargo, en el caso de los efectos interac- tivos, esta actitud puede originar confusión o errores. Al especificar requisitos de rendimiento, y dejar que sea el fabricante quien busque los medios para lograrlos, cualquier solución que satisfaga esos requisitos será aceptable. El tratar la especificación como un medio para conseguir un fin representa una perspec- tiva auténticamente ergonómica.
Otra norma con un planteamiento de sistema de trabajo está siendo elaborada por el subcomité 4, y se relaciona con el diseño de salas de control, por ejemplo, de centrales eléctricas o industrias de procesos. Se espera elaborar una norma con varias partes (ISO 11064), en la que se recojan diferentes aspectos como el diseño de la sala de control, el diseño de los puestos de trabajo y el diseño de los dispositivos de entrada o presentación de datos para el control del proceso. Dado que estos temas de trabajo y el enfoque adoptado van más allá de los problemas de diseño “de pantallas y controles”, el subcomité 4 ha sido rebautizado como el comité de la “interacción hombre-sistema”.
Los problemas ambientales, especialmente los relacionados con las condiciones térmicas o la comunicación en ambientes ruidosos, se tratan en el subcomité 5, donde se preparan normas sobre métodos de medición, métodos para la estimación del estrés térmico, las condiciones de confor térmico, la producción de calor metabólico, y sobre las señales visuales y auditivas de peligro, el nivel de interferencias en la comunicación oral y la valoración de dicha comunicación.
El comité técnico 122 del CEN cubre, más o menos, los mismos campos, aunque dando una importancia distinta a estos aspectos y con una estructura de grupos de trabajo diferente. Se pretende, sin embargo, que por medio de la división del trabajo entre los comités, y la mutua aceptación de los resultados de su trabajo, se logre desarrollar un conjunto útil de normas ergonómicas.
Este planteamiento ayuda a superar dos problemas. Las normas, en virtud de sus especificaciones, basadas en el estado de los conocimientos (y la tecnología) en el momento de su elaboración, pueden restringir nuevos desarrollos. Las especifi- caciones basadas en una tecnología concreta (por ejemplo, los tubos de rayos catódicos) pueden ser inadecuadas para otras tecnologías. Independientemente de la tecnología, el usuario de una pantalla, por ejemplo, debería ser capaz de leer y comprender eficazmente la información mostrada, sin importar la técnica utilizada, ya sea una pantalla de cristal líquido o de rayos catódicos. El rendimiento, en este caso, no se puede evaluar sólo en términos de resultados (rapidez o precisión), sino también en términos de confor y esfuerzo.
El segundo problema que puede ser abordado con este enfoque es el derivado de las interacciones entre las condiciones. La especificación física suele ser unidimensional y no considera otras condiciones. Sin embargo, en el caso de los efectos interac- tivos, esta actitud puede originar confusión o errores. Al especificar requisitos de rendimiento, y dejar que sea el fabricante quien busque los medios para lograrlos, cualquier solución que satisfaga esos requisitos será aceptable. El tratar la especificación como un medio para conseguir un fin representa una perspec- tiva auténticamente ergonómica.
Otra norma con un planteamiento de sistema de trabajo está siendo elaborada por el subcomité 4, y se relaciona con el diseño de salas de control, por ejemplo, de centrales eléctricas o industrias de procesos. Se espera elaborar una norma con varias partes (ISO 11064), en la que se recojan diferentes aspectos como el diseño de la sala de control, el diseño de los puestos de trabajo y el diseño de los dispositivos de entrada o presentación de datos para el control del proceso. Dado que estos temas de trabajo y el enfoque adoptado van más allá de los problemas de diseño “de pantallas y controles”, el subcomité 4 ha sido rebautizado como el comité de la “interacción hombre-sistema”.
Los problemas ambientales, especialmente los relacionados con las condiciones térmicas o la comunicación en ambientes ruidosos, se tratan en el subcomité 5, donde se preparan normas sobre métodos de medición, métodos para la estimación del estrés térmico, las condiciones de confor térmico, la producción de calor metabólico, y sobre las señales visuales y auditivas de peligro, el nivel de interferencias en la comunicación oral y la valoración de dicha comunicación.
El comité técnico 122 del CEN cubre, más o menos, los mismos campos, aunque dando una importancia distinta a estos aspectos y con una estructura de grupos de trabajo diferente. Se pretende, sin embargo, que por medio de la división del trabajo entre los comités, y la mutua aceptación de los resultados de su trabajo, se logre desarrollar un conjunto útil de normas ergonómicas.
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