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martes, 16 de junio de 2009

Aplicación de las características culturales para un diseño óptimo

De lo mencionado anteriormente se deduce que la cultura proporciona identidad y confianza y ayuda a formar una opinión sobre los objetivos y características de un “sistema humano-tecnológico y sobre la forma en que debería funcionar en un entorno concreto. En cualquier cultura existen características valiosas para el avance tecnológico. Si se consideran estas características en el diseño de los equipos y las aplicaciones, pueden servir de fuerza directriz para que la sociedad acepte la tecnología.
Un buen ejemplo serían las culturas de algunos países del sudeste asiático, muy influenciadas por el confucionismo y el budismo. La primera religión da mucha importancia, entre otras cosas, al aprendizaje y la lealtad, y considera como una virtud el adquirir nuevos conceptos.
El budismo nos muestra la importancia que tiene la armonía y el respeto por los seres humanos. Se dice que estas características culturales únicas han contribuido a crear el entorno adecuado para la introducción y aplicación de los equipos más avanzados y la tecnología organizativa que han aportado los japoneses (Matthews 1982).
Una estrategia bien pensada permitirá utilizar de la mejor manera las características de la cultura de una sociedad para promover los principios e ideas de la ergonomía. De acuerdo con McWhinney: (1990) “Los hechos, para que se comprendan y usen con eficacia, deben estar integrados en historias. Es necesario recorrer diferentes caminos para liberar esa energía productiva, para liberar a la sociedad u organización de sus rasgos inhibitorios, para encontrar los caminos por los que fluya de forma natural. Ningún plan ni cambio puede ser eficaz sin incluirlo, conscientemente, en un proceso narrativo”.
Un buen ejemplo del valor de la cultura en la estrategia de diseño es la mejora de la técnica de las “siete herramientas” para el control de calidad en Japón. Las “siete herramientas” son las armas que, como mínimo, tiene que llevar un samurai cuando sale a luchar. Los pioneros de los “grupos de control de calidad”, cuando adaptaron sus nueve recomendaciones al entorno japonés, redujeron este número para aprovechar las ventajas de un término tan familiar, “las siete herramientas”, para estimular la participación de todos los trabajadores en la estrategia de control de calidad (Lillrank y Kano 1989).



Sin embargo, otras características culturales pueden no ser tan beneficiosas para el desarrollo tecnológico. La discriminación femenina, la observación estricta del sistema de castas, los prejuicios racistas o de otro tipo, el considerar algunas tareas como denigrantes, son ejemplos de influencia negativa en el desarrollo de la tecnología.
En algunas culturas tradicionales, es el hombre el que debe aportar la mayor parte de los ingresos para el mantenimiento familiar. Estos hombres consideran el papel de las mujeres como trabajadoras al mismo nivel, y no digamos como supervisoras, con una clara falta de sensibilidad e incluso hostilidad. Negar la igualdad de derechos laborales de las mujeres y cuestionar la legitimidad de su autoridad laboral no parece muy apropiado para las necesidades actuales de organización, en las que se requiere la óptima utilización de los recursos humanos.
En relación al diseño de tareas y al contenido de trabajo, algunas culturas consideran denigrante el trabajo manual y de servicios. Esta situación se puede atribuir a experiencias pasadas relacionadas con el colonialismo, que recuerdan la relación amo-esclavo. En otras culturas existen fuertes prejuicios hacia tareas u ocupaciones relacionadas con “las manos sucias”. Estas actitudes se reflejan en salarios más bajos que la media, lo que ha contribuido a la escasez de técnicos y trabajadores de mantenimiento (Sinaiko 1975).
Dado que son necesarias varias generaciones para cambiar los valores culturales con respecto a las nuevas tecnologías, lo más eficaz y menos costoso sería adaptar la tecnología a la cultura receptora de dicha tecnología, teniendo en cuenta las diferencias culturales en el diseño de equipos y aplicaciones.

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