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domingo, 12 de julio de 2009

Conclusión: diferencias culturales en el diseño (I)

Cuando se trata de diseñar un producto a escala mundial, el diseñador tiene que pensar en las necesidades de los consumidores de todo el mundo. En este caso, quizá no sea posible adoptar la solución centrada en el usuario para conseguir que sea útil para todos los que vayan a utilizarlo y en múltiples entornos. El diseñador debe recurrir a una gran variedad de información, tanto formal como informal, referencias literarias, normas, directrices, principios prácticos y experiencias, para hacer una evaluación del diseño y debe garantizar la suficiente flexibilidad en el producto para satisfacer las necesidades de una población más amplia.
Otro punto que debe considerarse es el hecho de que los diseñadores no lo saben todo. Necesitan la información proporcionada no sólo por los usuarios, sino también por las otras partes que participan en el proyecto: directivos, técnicos, trabajadores de mantenimiento y reparaciones, etc. En un proceso participativo, se deben compartir los conocimientos y experiencias para desarrollar un producto o sistema útil y aceptar la responsabilidad colectiva por su funcionalidad y seguridad. Al fin y al cabo, a todos les conviene que funcione.

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