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martes, 14 de julio de 2009

TRABAJADORES DE EDAD AVANZADA

La categoría de los trabajadores de edad avanzada varía según su condición funcional, que a su vez está influida por su historial laboral anterior. También depende del puesto de trabajo que ocupan y de la situación social, cultural y económica del país en el que viven.
Así pues, aquellos trabajadores que realizan un trabajo puramente físico son, con frecuencia, los que menor nivel de escolarización y preparación profesional tienen. Están sujetos al estrés causado por un trabajo agotador, que puede ser causa de enfermedades, y expuestos al riesgo de accidentes de trabajo. En este contexto, es más que probable que su capacidad física decline al final de su vida activa, un hecho que los convierte en trabajadores más vulnerables.
Por el contrario, aquellos que han tenido la ventaja de tener un período más largo de escolarización seguido por una formación profesional que los prepara para el trabajo, suelen dedi- carse a actividades en las que pueden poner en práctica los conocimientos adquiridos y aumentar progresivamente su experiencia. Con frecuencia, no trabajan en entornos de trabajo peligrosos y sus capacidades se aprecian y valoran más con el paso del tiempo.
Durante los períodos de expansión económica y escasez de mano de obra, se reconoce que los trabajadores de edad avanzada poseen mayor “conciencia laboral”, realizan su trabajo con mayor regularidad y pueden mantener actualizada su experiencia. En los períodos de recesión y desempleo, sin embargo, se resaltará el hecho de que su rendimiento laboral es inferior al de los trabajadores más jóvenes y tienen menos capacidad para adaptarse a los cambios en las técnicas y organización del trabajo.
Dependiendo de los diferentes países, sus tradiciones culturales, sus costumbres y nivel de desarrollo económico, la consideración que reciben los trabajadores de edad avanzada y la solidaridad para con ellos resulta más o menos evidente y su protección está más o menos asegurada.

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