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martes, 30 de septiembre de 2008

Recuperación de la privación de sueño y medidas de salud (II)

Hay que admitir, sin embargo, que no es posible establecer estrategias óptimas para que puedan aplicarlas todos los trabajadores que sufren privación de sueño. Esto se demuestra en la elaboración de la normativa internacional del trabajo para los turnos de noche, que recomienda una serie de medidas para los trabajadores que trabajan en este turno con frecuencia (Kogi y Thurman 1993).
La naturaleza variada de estas medidas y la tendencia hacia una mayor flexibilidad de los sistemas de turnos refleja un claro esfuerzo por aplicar unas estrategias flexibles de descanso (Kogi 1991). La edad, la capacidad física para el trabajo, los hábitos de sueño y otras diferencias individuales relacionadas con la tole- rancia pueden desempeñar un papel importante (Folkard y Monk 1985; Costa y cols. 1990; Härmä 1993). Una mayor flexibilidad en los programas de trabajo, junto con un mejor diseño de los mismos será muy útil a este respecto (Kogi 1991).
Las estrategias para dormir en situaciones de privación de sueño deberán depender del tipo de vida laboral y ser lo sufi- cientemente flexibles para ajustarse a las situaciones individuales(Knauth, Rohmert y Rutenfranz 1979; Rutenfranz, Knauth y Angersbach 1981; Wedderburn 1991; Monk 1991). Una conclusión general es que la privación de sueño nocturno debe redu- cirse seleccionando unos programas de trabajo adecuados y facilitando la recuperación mediante el fomento de la posibilidad de dormir según las necesidades individuales, lo que incluye las siestas de sustitución y el sueño profundo nocturno, en períodos en los que la privación de sueño es reciente.
Es importante prevenir la acumulación de la falta de sueño. El período de turno de noche, que priva a los trabajadores del sueño en la hora habitual, debería ser lo más reducido posible. Los intervalos entre uno y otro turno deberán ser suficiente- mente largos para permitir que el sueño sea suficiente. También resulta útil mejorar el ambiente para el sueño y adoptar una serie de medidas que se ajusten a las necesidades sociales. Por esto, cuando se trata de mejorar la salud de los trabajadores con frecuentes déficits de sueño, es indispensable el apoyo social para diseñar los horarios, los trabajos y las estrategias individuales para afrontarlos.

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