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viernes, 6 de febrero de 2009

Capacidades y límites perceptivos: Iconos frente a palabras

En algunos estudios se ha demostrado que el tiempo utilizado para elegir una palabra es menor que el de un icono equivalente, mientras que en otros estudios el tiempo fue casi el mismo. Hay quien dice que las palabras se leen más rápido porque son menos ambiguas. Incluso un icono relativamente simple, como una casa, podría provocar diferentes respuestas y, de esta manera, generar un conflicto de respuestas y disminuir la velocidad de reacción. Si se evita este conflicto, utilizando iconos no ambiguos es probable que la diferencia en la velocidad de reacción desaparezca. Es interesante señalar que, como en el caso de las señales de tráfico, los iconos son a menudo mejores que las palabras, incluso en aquellos casos en que la comprensión del lenguaje no se considera un problema. Esta paradoja se puede deber al hecho de que la legibilidad de las señales de tráfico es, en gran medida, una cuestión relacionada con la distancia desde la que se puede identificar dicha señal. Si están adecuadamente diseñados, esta distancia es mayor para los símbolos que para las palabras, ya que los dibujos permiten diferencias mucho mayores en cuanto a las formas y contienen menos detalles que las palabras. La ventaja de los dibujos nace del hecho de que la discriminación de las letras requiere un tamaño aparente de unos diez o doce minutos de arco y que la detección de las características es el primer paso para la discriminación. Al mismo tiempo, está claro que los signos sólo son mejores cuando (1) contienen pocos detalles, (2) son lo suficientemente distintos en cuanto a forma y (3) no son ambiguos.

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