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viernes, 30 de enero de 2009

Capacidades y límites perceptivos: Características de los símbolos alfanuméricos

Uno de los temas más importantes en el proceso de distinción de las características es el número real de características que, en conjunto, definen un estímulo. Así pues, la legibilidad de caracteres recargados como la letra gótica es muy baja, debido a la gran cantidad de curvas. Para evitar la confusión, se debería acentuar la diferencia entre aquellas letras que presentan características muy similares, como la i y la l, o la c y la e. Por la misma razón, se recomienda que los trazos que sobresalen de las letras tengan al menos un 40 % de la altura total de la letra.
Es evidente que la discriminación entre las letras está determinada principalmente por el número de características que no comparten. Estas características son principalmente segmentos de líneas rectas y circulares en sentido horizontal, vertical u oblicuo, que pueden variar en tamaño, como en las mayúsculas y las minúsculas.
Es obvio que, aunque los caracteres alfanuméricos sean distinguibles por sí mismos, esta propiedad puede perderse cuando se combinan con otros elementos. Así, los dígitos 4 y 7 comparten muy pocas características, pero no se distinguen tan bien en un contexto mayor en el que el resto de los elementos son idénticos (por ejemplo, 384 y 387). Todo el mundo sabe que es más rápido leer un texto en minúsculas que en mayúsculas. Esto se suele atribuir al hecho de que las letras minúsculas tienen más características distintivas (por ejemplo, alto, bajo frente a ALTO, BAJO). Esta superioridad de las minúsculas, no se refiere sólo a los textos de lectura sino también a las señales de carretera que indican las ciudades y las salidas de las autopistas.

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