Desde el decenio de 1980, los dispositivos mecánicos de indicación con puntero y escalas impresas se han ido sustituyendo por pantallas electrónicas con imágenes generadas por orde- nador o dispositivos que emplean diodos emisores de luz (véase Snyder 1985a). La información que se muestra puede estar codificada de las formas siguientes:
• formas rectas o circulares,
• alfanumérica, es decir, letras, números, palabras o abreviaturas,
• figuras, imágenes, pictogramas, iconos, símbolos, en distintos niveles de abstracción, como la silueta de un avión en el horizonte,
• tonos de negro, blanco o gris,
• colores.
indicadores visuales.
Lamentablemente, en ocasiones las imágenes generadas elec- trónicamente son confusas, demasiado complejas o coloridas, difíciles de leer y requieren un enfoque exacto y mucha aten- ción, lo que puede desviar la atención de la tarea principal, por ejemplo, cuando se conduce un coche. En estos casos, no se cumplen las tres primeras reglas básicas antes mencionadas. Por otro lado, muchos punteros electrónicos, marcas o símbolos alfa- numéricos no cumplen las directrices del diseño ergonómico establecidas, especialmente cuando se forman mediante segmentos lineales, líneas de escáner o matrices de puntos. Aunque algunos de estos diseños defectuosos han sido tolerados por el usuario, la rápida innovación y las técnicas que han mejo- rado las pantallas han hecho posible la existencia de otras solu- ciones, aunque este mismo desarrollo acelerado está convirtiendo rápidamente a las indicaciones impresas, aunque sean habituales y comprensibles, en algo obsoleto. Por eso no aparecen en este texto. Cushman y Rosenberg (1991), Kinney y Huey (1990), y Woodson, Tillman y Tillman (1991) han publi- cado revisiones sobre este tema.
En general, a las pantallas electrónicas les falta calidad. Una medida utilizada para valorar la calidad de la imagen es la función de transferencia de la modulación (MTF) (Snyder
1985b), que describe la resolución de la pantalla utilizando una señal especial de prueba de onda sinusoidal. Sin embargo, los criterios de los lectores en cuanto a las pantallas suelen ser muy variables (Dillon 1992).
Las pantallas monocromas tienen un solo color, normalmente verde, amarillo, ámbar o blanco (acromático). Si aparecen varios colores en la misma pantalla cromática, deberán ser fáciles de distinguir. Lo mejor es no utilizar más de tres o cuatro colores simultáneamente (preferiblemente, rojo, verde o naranja y cián o púrpura). Todos deberán distinguirse bien del fondo. En realidad la norma de diseño debería ser utilizar el contraste, es decir, utilizar el blanco y negro y después añadir el menor número de colores posible.
• formas rectas o circulares,
• alfanumérica, es decir, letras, números, palabras o abreviaturas,
• figuras, imágenes, pictogramas, iconos, símbolos, en distintos niveles de abstracción, como la silueta de un avión en el horizonte,
• tonos de negro, blanco o gris,
• colores.
indicadores visuales.
Lamentablemente, en ocasiones las imágenes generadas elec- trónicamente son confusas, demasiado complejas o coloridas, difíciles de leer y requieren un enfoque exacto y mucha aten- ción, lo que puede desviar la atención de la tarea principal, por ejemplo, cuando se conduce un coche. En estos casos, no se cumplen las tres primeras reglas básicas antes mencionadas. Por otro lado, muchos punteros electrónicos, marcas o símbolos alfa- numéricos no cumplen las directrices del diseño ergonómico establecidas, especialmente cuando se forman mediante segmentos lineales, líneas de escáner o matrices de puntos. Aunque algunos de estos diseños defectuosos han sido tolerados por el usuario, la rápida innovación y las técnicas que han mejo- rado las pantallas han hecho posible la existencia de otras solu- ciones, aunque este mismo desarrollo acelerado está convirtiendo rápidamente a las indicaciones impresas, aunque sean habituales y comprensibles, en algo obsoleto. Por eso no aparecen en este texto. Cushman y Rosenberg (1991), Kinney y Huey (1990), y Woodson, Tillman y Tillman (1991) han publi- cado revisiones sobre este tema.
En general, a las pantallas electrónicas les falta calidad. Una medida utilizada para valorar la calidad de la imagen es la función de transferencia de la modulación (MTF) (Snyder
1985b), que describe la resolución de la pantalla utilizando una señal especial de prueba de onda sinusoidal. Sin embargo, los criterios de los lectores en cuanto a las pantallas suelen ser muy variables (Dillon 1992).
Las pantallas monocromas tienen un solo color, normalmente verde, amarillo, ámbar o blanco (acromático). Si aparecen varios colores en la misma pantalla cromática, deberán ser fáciles de distinguir. Lo mejor es no utilizar más de tres o cuatro colores simultáneamente (preferiblemente, rojo, verde o naranja y cián o púrpura). Todos deberán distinguirse bien del fondo. En realidad la norma de diseño debería ser utilizar el contraste, es decir, utilizar el blanco y negro y después añadir el menor número de colores posible.
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