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miércoles, 14 de enero de 2009

Dispositivos de entrada de datos (I)

Casi todos los controles pueden utilizarse para introducir datos en un ordenador u otro sistema de almacenamiento de información, pero los más habituales son los teclados con botones o teclas que se pulsan. En el teclado original de las máquinas de escribir, que se ha convertido en estándar para los teclados de ordenador, las teclas estaban dispuestas en una secuencia básicamente alfabética, que ha sido modificada por varias y a menudo extrañas razones. En algunos casos, las letras que con más frecuencia van unidas en los textos se encontraban muy separadas, para evitar que las antiguas teclas mecánicas se enganchasen al accionarse en una secuencia rápida. Las columnas de teclas se han dispuesto de forma mas o menos lineal, como sucede con las filas de teclas. Sin embargo, las puntas de los dedos no están alienadas de esa manera y no se mueven así cuando los dedos se flexionan o se extienden o cuando se mueven hacia los lados.
Se han hecho muchos intentos en los últimos cien años para mejorar el rendimiento de los teclados cambiando su disposición. Esta incluye la recolocación de teclas dentro de la disposi- ción estándar o el cambio de la disposición total del teclado. Este se ha dividido en secciones independientes y se han añadido otras, como los teclados numéricos. La disposición de las teclas adyacentes puede cambiarse alterando el espaciado, separando una de otra o de las líneas de referencia. El teclado puede divi- dirse en secciones para la mano izquierda y la derecha, y dichas secciones pueden estar inclinadas hacia los lados, sesgadas o de forma oblicua.
La dinámica del funcionamiento de las teclas es importante para el usuario, pero difícil de valorar cuando está en acción. Así, las características de fuerza-desplazamiento de las teclas suelen describirse mediante pruebas estáticas, lo que no indica su funcionamiento real. En la práctica, las teclas de un teclado de ordenador tienen un desplazamiento muy pequeño (unos
2 mm) y muestran cierta resistencia a “saltar”, es decir, una reducción de la fuerza de operación, en el punto en el que se logra la activación de la tecla. En lugar de teclas independientes, algunos teclados se componen de membranas con una serie de interruptores debajo que, al pulsarlos, permiten la entrada de datos sin apenas desplazamiento. La principal ventaja de esta membrana es que impide la entrada de polvo y líquidos; sin embargo, no goza de la aceptación de muchos usuarios.

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